Etorkizuna Eraikiz prestará especial atención a proyectos que busquen reforzar el "carácter comunitario" de Gipuzkoa

Entre todos y todas, detectar los retos de futuro de la sociedad guipuzcoana y diseñar la forma de afrontarlos, en colaboración y experimentación con agentes diversos. He ahí, en definitiva, el objetivo fundamental del programa foral Etorkizuna Eraikiz. Para avanzar hacia este fin, la Diputación ha lanzado una nueva convocatoria de subvenciones para el desarrollo de proyectos de la ciudadanía, con el ánimo de impulsar proyectos de "carácter transformador". La convocatoria de 2021 se centrará, especialmente, en promover iniciativas que profundicen en el "carácter comunitario" del territorio, consolidando, entre otros aspectos, "la cultura de la cooperación, la corresponsabilidad, la implicación social y el trabajo en equipo".

Así lo ha anunciado el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, en la rueda de prensa que ha ofrecido esta mañana en el palacio foral para presentar la línea de ayudas 2021 para Proyectos de la ciudadanía del programa Etorkizuna Eraikiz. Según ha explicado, este año se destinarán 722.000 euros a esta convocatoria. Además de los proyectos ligados al desarrollo comunitario, los proyectos presentados deberán ahondar en conceptos como la gobernanza colaborativa, la participación de los jóvenes, la colaboración intergeneracional y la innovación para el impulso del euskera. Asociaciones, fundaciones, empresas, universidades, ONGs y agentes tejido social y económico de Gipuzkoa podrán presentar sus iniciativas.

 

108 proyectos experimentales en los últimos 5 años

El diputado general ha estado acompañado en rueda de prensa por Sebas Zurutuza, director foral de Estrategia de Gestión; María Ruiz Amurrio, coordinadora de I+D de la cooperativa Isea; y Martín Zúñiga, investigador del área de Trabajo Social de la Universidad de Deusto. Estos dos últimos han presentado en rueda de prensa sendos proyectos desarrollados al amparo de la convocatoria 2020. El primero versa sobre el proceso de investigación e innovación en Legazpi para crear un espacio abierto de intercambio, experimentación y cooperación entre generaciones. El segundo, en cambio, se basa en el trabajo de análisis de las redes y relaciones de protección generadas durante el confinamiento, con el objetivo de identificar los beneficios y dificultades que presentan estas dinámicas sociales.

 

El diputado general ha destacado la trayectoria de esta línea de subvenciones, orientada a promover diversos proyectos de la ciudadanía en el último lustro. De hecho, ya se han llevado a cabo cinco convocatorias desde 2016, por lo que la de este año será la sexta. En ese camino se han financiado un total de 108 proyectos innovadores, con una inversión superior a los tres millones de euros que han implicado a más de 200 agentes –universidades, centros de formación profesional, asociaciones, empresas, ayuntamientos, agencias de desarrollo, etc.–. "Los datos son muy significativos porque ponen de manifiesto el compromiso y el deseo de la sociedad organizada del territorio de implicarse en la construcción del futuro de Gipuzkoa", ha afirmado Olano. Además, ha recordado que esta tendencia a trabajar en red forma parte del nuevo modelo de gobernanza colaborativa que impulsa Etorkizuna Eraikiz.

Precisamente, para el diputado general, ese rasgo demuestra el "carácter comunitario" como "una de las principales características" de la sociedad guipuzcoana. Con la convocatoria de este año, precisamente, reforzar este distintivo es uno de los principales objetivos de la línea de ayudas. "A la hora de afrontar las consecuencias de la pandemia, ha sido vital actuar como comunidad, colaborar desde las instituciones y los agentes socio-económicos y la ciudadanía en general. Los ámbitos de colaboración, sin embargo, no surgen de la nada. Requieren un trabajo sincero, que se mantenga en el tiempo. Queremos seguir consolidando ese rico tejido social a través de estas ayudas destinadas a proyectos de la ciudadanía", ha señalado Olano.

Esta convocatoria de subvenciones para 2021 tendrá dos ámbitos principales. Por un lado, se apoyarán proyectos innovadores que respondan a los retos de futuro de Gipuzkoa: los relacionados con los nuevos modelos de gobernanza pública cooperativa, los que promuevan el desarrollo territorial comunitario, los dirigidos a la participación de los jóvenes y los que busquen la cooperación intergeneracional. Por otro lado, se apoyarán proyectos experimentales que puedan trabajarse conjuntamente en y desde el euskera, abordando temas como la juventud y la era digital, el euskera y la igualdad de oportunidades, la educación formal y no formal, la digitalización, la inclusión social y el euskera, y el papel del idioma en la sociedad postCOVID.

 

Legazpi intergeneracional y Auzotu

La coordinadora de I+D de la cooperativa Isea, María Ruiz Amurrio, ha presentado en rueda de prensa el proyecto Legazpi intergeneracional. El objetivo de este proyecto no es otro que diseñar un nuevo espacio abierto para la ciudadanía de este municipio, que fomente el intercambio generacional, la experimentación y la colaboración. La iniciativa puesta en marcha en Legazpi pretende responder al reto que supone el envejecimiento de la población, al tiempo que reforzará valores como la cooperación, la corresponsabilidad y la solidaridad. Las primeras fases ya se han dado por finalizadas, en las que se ha realizado un análisis de los posibles componentes y servicios del centro, con la participación del alumnado del Máster de Diseño Estratégico de Mondragon Unibertsitatea. Estos últimos han presentado cuatro propuestas al Ayuntamiento de Legazpi para crear un espacio abierto de intercambio generacional, experimentación y cooperación. Ahora, Isea se encuentra inmersa en la definición del plan de acción.

Por su parte, el investigador de la Universidad de Deusto Martín Zúñiga ha presentado el proyecto Auzotu. La iniciativa fue presentada por la Universidad de Deusto, el Ayuntamiento de Donostia, la Mancomunidad de Saiaz y Telesgi a la convocatoria de Proyectos de la ciudadanía de 2020 y está siendo desarrollada con la colaboración de un grupo de trabajo compuesto por Aptes, Apitropik, La Escalera, Farapi y Lotura. Se trata de un proceso de investigación e innovación que analiza las redes y relaciones de protección creadas durante el confinamiento, para identificar los beneficios y las dificultades de estas dinámicas. El objetivo es investigar cómo se pueden reforzar estas dinámicas, especialmente a través de herramientas tecnológicas. Además, todo el proceso está siendo sistematizado, de modo que del análisis de toda la información recopilada se propondrá un modelo o metodología de trabajo público-comunitario que sea replicable en otros lugares.