23 jóvenes iniciarán sus proyectos de empresa en el primer sector con apoyo de la Diputación
23 jóvenes iniciarán sus proyectos de empresa en el primer sector con apoyo de la Diputación
La institución foral impulsará con 906.280 euros y asesoría técnica su incorporación, con el relevo generacional como objetivo.
23 jovenes de Gipuzkoa emprenderán este año su actividad en el primer sector con el respaldo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, de la mano de Gazte Plana, la convocatoria anual de apoyo a la creación de nuevas empresas por parte de agricultores y agricultoras con menos de 40 años: 17 lo harán haciéndose cargo de explotaciones que ya estaban en marcha, y 6 abriendo nuevas. La institución foral destina en 2020 906.280 euros a este programa, cuyo objetivo es incorporar a jóvenes con cualificación y formación a esta actividad, facilitando el relevo generacional, y fomentando el desarrollo, la diversificación, el empleo y la creación de empresas.
“Una de las cosas que ha puesto de manifiesto esta pandemia es que la actividad del primer sector es esencial y que el futuro de Gipuzkoa y del planeta no puede entenderse sin el mismo. Vosotros y vosotras sois ese futuro”, ha destacado el el director de Agricultura y Desarrollo Rural Xabier Arruti, en un acto realizado en el parque natural de Pagoeta en el que han participado distintos agentes del primer sector, varios de los jóvenes beneficiarios del programa, representantes institucionales como el propio Arruti y la directora de Montes y Medio Natural Arantxa Ariztimuño, así como algunas de las personas que ofrecen acompañamiento técnico a los nuevos agricultores y agricultoras en sus proyectos, como Imanol Arrieta (Abelur) y Amaia Agirre (Lurgintza).
Al igual que el año pasado, la Diputación ha organizado un encuentro de reconocimiento a los jóvenes que se incorporan al sector de la mano de esta convocatoria anual, con el fin de compartir con ellos y ellas ideas en torno al futuro de esta actividad económica, simbolizando así la puesta en valor por parte de Gipuzkoa de su medio rural y de la actividad que se realiza en el mismo. Durante el coloquio se han recogido diversas aportaciones, reflexiones y propuestas tanto de los y las jóvenes como de agentes del primer sector. “El primer sector juega un papel fundamental en la transición verde que Europa ha marcado como prioritaria: en la aportación de productos y materias primas de calidad; en la revitalización del medio rural, el cuidado del medio natural y la lucha contra el cambio climático; y en la transición hacia un modelo económico más sostenible. Debemos potenciar ese proceso, contribuyendo, a través de las políticas públicas, a que esta actividad sea atractiva profesionalmente”, ha señalado Arruti.
Los proyectos presentados a la convocatoria destacan por su diversidad, tanto en su procedencia y su dimensión, como en su actividad. Así, los hay relacionados con la horticultura, la fruticultura, el ganado ovino, el vacuno de carne y de leche, la avicultura, o la cunicultura. Cuatro de ellos realizan actividades de transformación, y seis de cultivo ecológico. 17 son hombres, y seis mujeres, Durante un plazo de cinco años, además del apoyo económico contarán con la asesoría y el acompañamiento de personal técnico. En cuanto a la procedencia, hay explotaciones de todas las comarcas de Gipuzkoa, aunque este año destaca la presencia de Urola-Kosta, con un total de siete.
Las ayudas cuentan con una cofinanciación de la Unión Europea del 80% a través del fondo FEADER. Las personas beneficiarias están incorporadas al procedimiento Gaztenek 2015-2020, que se sigue en Euskadi para el acompañamiento a la persona joven que desee instalarse por vez primera, de cara a la tramitación, verificabilidad y, en su caso, concesión de la ayuda a la instalación, para la cual han debido presentar un plan empresarial. Todo ello, con la intención de incidir en la profesionalización y la competitividad de la actividad.
El importe de la ayuda parte de un mínimo de 20.000 euros, en concepto de salario para los dos primeros años de actividad desde la aprobación de la ayuda. A partir de dicho importe, la ayuda se puede incrementar en distintos tramos de cuantía, hasta un importe máximo de 70.000 euros, conforme los puntos asignados al plan empresarial en la valoración de los criterios de selección. Los criterios de selección son los siguientes: gastos e inversiones a realizar, la adopción por parte de la persona joven de determinados modelos productivos, la vinculación sectorial previa y el asociacionismo.
“Buena respuesta”
Desde 2016, es la Diputación quien gestiona en exclusiva este programa. Para facilitar la tramitación de peticiones, durante los últimos años se ha adelantado la convocatoria, y anualmente se ha ido incrementando el presupuesto del programa en vista de la buena respuesta obtenida. De hecho, la dotación económica de 2020 es la mayor desde que la iniciativa echara a andar en 2004. En cuanto al número de personas beneficiarias, 23, se trata del segundo más alto en total, y del más alto desde 2010. Este año, las personas participantes obtendrán una ayuda-promedio de 39.403 euros. “Estos datos confirman la buena respuesta que está obteniendo Gazte Plana, y una tendencia al crecimiento que esperamos consolidar en los años venideros, ya que observamos que son muchas las personas, de distintos perfiles, que están empezando a ver el primer sector como un espacio de oportunidades y emprendimiento. Hablamos de atraer talento y fomentar el emprendizaje también en este campo”, ha explicado el director.
Desde los inicios del programa, 275 jóvenes han iniciado su proyecto profesional con apoyo del programa, el 38% mujeres. 156 lo han hecho cogiendo las riendas de explotaciones de familiares, garantizando el relevo generacional, y 112, abriendo nuevos negocios. Cabe destacar el alto porcentaje de éxito de las explotaciones, ya que el 90% de las mismas continua con su actividad y el porcentaje de renuncia es muy bajo. También es reseñable el repunte de la agricultura ecológica, con 32 explotaciones de este tipo desde 2016.
Tanto expertos como organismos internacionales apuntan a que las actividades económicas relacionadas con la alimentación y el medio ambiente salen reforzadas de la pandemia, y se encuentran entre las que mejores perspectivas de futuro tienen. “Podemos encontrarnos ante un punto de inflexión. El sector ha demostrado en Gipuzkoa y Euskadi una gran capacidad de resilencia ante la crisis, garantizando el suministro y adaptando sus sistemas de distribución y de comercialización. Se ha dado un cambio en las pautas de consumo que está dervando en una toma de conciencia acerca de la importancia del producto km 0 y la bioeconomía, un proceso que debemos aprovechar para dar la vuelta a las dificultades que atravesaba el sector antes del Covid-19”, ha enfatizado.
Sin embargo, según Arruti, existe aún “una gran brecha” entre los entornos rurales y urbanos del territorio, y “un desconocimiento entre la población urbana sobre la actividad del sector, y sobre su relación con aspectos como la conservación y la gestión del medio natural, el equilibrio territorial, la gestión del paisaje y la cultura”. Por ello, ha anunciado que la Diputación seguirá trabajando para reducir esa brecha y visibilizar la importancia de la actividad, con encuentros como el realizado hoy.
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