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La Diputación potenciará la oferta de vivienda en los municipios pequeños a través de Etorlur

Representantes de la institución foral han mantenido un encuentro de trabajo en Abaltzisketa, uno de los pueblos identificados como prioritarios

Markel Olano diputado general y Eider Mendoza portavoz de la diputación

Markel Olano diputado general y Eider Mendoza portavoz de la diputación


La Diputación Foral trabaja ya para impulsar la oferta de vivienda en los municipios pequeños dentro del programa Landagipuzkoa, y ha anunciado su intención de potenciar la misma en el transcurso de una visita a Abaltzisketa, donde, a través de la sociedad pública Etorlur, tiene prevista la promoción de 10 viviendas en Azpikoetxe que se ofertarán en régimen de propiedad. La compra del solar que alberga el edificio a rehabilitar ya se ha realizado y, una vez materializada la planificación urbanística con el Ayuntamiento, la previsión es adjudicar los trabajos y comenzar los mismos durante este año. La actuación se ha dado a conocer en el transcurso de una visita institucional encabezada por el diputado general Markel Olano.

            Acompañado por la diputada de Gobernanza Eider Mendoza y el director de Agricultura y Desarrollo Territorial Xabier Arruti, Olano ha mantenido un encuentro de trabajo con el alcalde Jon Zubizarreta, en el que han analizado los avances este proyecto y otras acciones englobadas en Landagipuzkoa, además de abordar los desafíos de futuro de la localidad.  Previamente han mantenido una reunión con representantes de las asociaciones de desarrollo rural Tolomendi y Goimen y otros agentes, con quienes Eider Mendoza ha compartido los compromisos adoptados recientemente por la Diputación respecto al primer sector, partiendo de las recomendaciones realizadas por la Asamblea Ciudadana.

Respeto a la necesidad de vivienda,  Abaltzisketa es uno de los 13 pueblos en los que se ha detectado la necesidad de actuar de forma prioritaria, junto a Alkiza, Amezketa, Beizama, Bidania-Goiatz, Elduain, Errezil, Gaintza, Gaztelu, Larraul, Lizartza, Orendain y Orexa. La lista es el fruto de un diagnóstico elaborado por la Diputación, que concluye que el descenso de la población rural en los últimos años está relacionado en gran medida con la falta de promoción de nuevas viviendas. Asimismo, estos pueblos tienen en común otros factores como un mayor tiempo de desplazamiento a la capital, las carreteras principales o el hospital, un menor nivel de renta, un mayor envejecimiento, una orografía complicada, un menor acceso a otros servicios públicos, o una población de menos de 1.000 habitantes y en descenso.

La lista no es cerrada, y de hecho algunos municipios que no cumplen todos estos baremos han solicitado su inclusión en la misma. La Diputación ha mostrado su disposición a actuar en aquellos en los que sea posible. “Hemos podido comprobar que no basta con esperar a que haya demanda para actuar, sino que tenemos que ser proactivos en la oferta de vivienda, para revitalizar los municipios rurales, evitando que vayan apagándose o que se conviertan en localidades de fin de semana. Etorlur puede jugar un papel importante llevando a cabo estas promociones de forma directa, pero también estamos actuando en algunos municipios como intermediarios entre instituciones y agentes, u ofreciendo asesoramiento”, ha explicado el Diputado General.

De hecho, Etorlur acaba de completar la venta de 6 viviendas en el barrio rural de Nuarbe, un proceso que ha permitido obtener un aprendizaje para el desarrollo de futuras promociones. “Abre una vía interesante de cara a revitalizar los municipios rurales. Es necesario que los y las jóvenes tengan oportunidades para acceder a una vivienda digna y asequible en sus propio municipios, y sigan construyendo sus proyectos de vida y de trabajo sin romper el vínculo con los mismos”, ha destacado.

Otras actuaciones desarrolladas en Abaltzisketa en el marco de Landagipuzkoa han sido la mejora de los caminos rurales de Aranguren/Estanga/Urkola, Nahera, Arrupe, Erbetata, Zubeldi, Ihartza, Olano Txiki y Sasiain, con una aportación foral de 156.000 euros; la extensión de la fibra óptica a 25 caseríos; la digitalización de los límites de los terrenos rurales (en curso); la mejora en la electrificación en los caseríos; la gestión mancomunada de los pastos a través de la iniciativa Goilarre; la adquisición de un vehículo y maquinaria, o el acondicionamiento de la seguridad de los y las estudiantes que cogen el autobús en el cruce de entrada al pueblo.

Balance Landagipuzkoa

Durante la visita, el diputado general ha valorado positivamente los resultados del programa Landagipuzkoa, que tiene como objetivo prioritario promover el equilibrio territorial, englobando las acciones que viene desarrollando la institución foral en el marco de esa apuesta política. Este año, todos los municipios de menos de 2.500 habitantes de Gipuzkoa, un total de 48, contarán con conexión a internet de alta velocidad gracias a este programa. Son un total de 2.997 caseríos y viviendas diseminadas, de las que ya más del 90% disponen de banda ancha ultrarrápida, con una inversión de la Diputación de 4,83 millones. El desafío ahora es extenderla también a los barrios rurales de los municipios de más de 2.500 habitantes, “un objetivo para el que hemos solicitado al Gobierno Central, que ahora se ha arrogado en exclusiva esta competencia, un marco de colaboración estable y formal, petición para la que seguimos esperando respuesta”, ha señalado Olano.

            Por otra parte,  sin contar con la convocatoria 2023, en marcha ahora mismo y teniendo en cuenta que el 2020 se declinó la ayuda debido a la pandemia, se han destinado en esta legislatura un total de 4,4 millones para, en colaboración con los Ayuntamientos, mejora de caminos rurales, realizando 278 proyectos relacionados con la accesibilidad y el transporte que abarcan 194 kilómetros: construcción de nuevos caminos rurales, asfaltado u hormigonado, reparación, adecuación y mejora de vías rurales a explotaciones agrarias, colocación de biondas y protecciones, señalización…

Asimismo, los dos últimos años se han cofinanciado junto a los Ayuntamientos 62 proyectos de desarrollo rural en los municipios pequeños, con una aportación foral de 1,75 millones de euros. Esta última convocatoria tiene como objetivo contribuir al desarrollo integral y al impulso de la economía de las áreas rurales, apoyando distintas actuaciones ligadas al primer sector, como la comercialización de productos agrarios, la adquisición de maquinaria y vehículos, o la modernización y digitalización de servicios agrarios. También se ayudan proyectos relacionados con equipamientos como los ‘ostatus’, los servicios sociales y culturales –ludotecas, gaztelekus…-, haurreskolas, la mejora y adecuación de centros de transformación y líneas de baja tensión, así como las líneas de abastecimiento de energía a explotaciones agrarias y viviendas.

Otro hito fue la creación en 2019 la Dirección de Desarrollo de Municipios Rurales, con el objetivo de apoyarles en sus necesidades y retos de futuro. Partiendo de un diagnóstico profundo, se pusieron a su disposición distintos servicios como el punto de atención de los municipios pequeños, el apoyo a la gestión administrativa, a la implantación e impulso de la administración electrónica, o un servicio gratuito de asesoramiento jurídico.  El objetivo de estas herramientas es dar una mejor atención a estos ayuntamientos, reduciendo además su carga de trabajo y los costes, y facilitando que puedan destinar sus recursos económicos y humanos a otras acciones e inversiones. Además, se han realizado dinámicas de grupo con los y las secretarias/interventoras de estos ayuntamientos, un total de 33.

Por último, cabe destacar la buena acogida del programa impulsado para la digitalización los terrenos rurales, a través del cual la Diputación otorga ayudas para definir y actualizar los límites de las propiedades, posibilitando su cartografía digital. El 90% de los terrenos de Gipuzkoa es suelo rural e históricamente estos terrenos han estado ligados al caserío; sin embargo, en las últimas décadas, la sociedad se ha vuelto más urbana, y esto ha conllevado la pérdida de conocimiento sobre las fincas y sobre sus mojones. El objetivo es conseguir en el plazo de una década, con una inversión foral de 3 millones, que las localizaciones de todos los terrenos rurales de Gipuzkoa estén georeferenciadas mediante GPS. Se trata de una iniciativa institucional pionera tanto a nivel de la CAV como del estado. Hasta el momento, se han acogido al programa un total de 12 municipios pequeños, aportando el 50% del coste. En Mendaro ya se ha completado la digitalización y están inmersos en este proceso Abaltzisketa, Aia, Albiztur, Anoeta, Ataun, Baliarrain, Beizama, Elgeta, Olaberria, Orexa y Zegama.

Olano ha subrayado que la “apuesta por hacer de Gipuzkoa uno de los lugares con menor desigualdad a nivel mundial, partiendo de la gobernanza colaborativa, está teniendo también su reflejo también a nivel territorial de la mano de Landagipuzkoa. La cohesión y el equilibrio en este ámbito son principios básicos para seguir construyendo un futuro basado en la igualdad. No concebimos Gipuzkoa sin su medio rural. Los pueblos y municipios pequeños del entorno rural son una de nuestras señas de identidad, forman parte de nuestra esencia.  Es fundamental poner en marcha iniciativas para mantener y mejorar el atractivo, la competitividad y la calidad de vida de estas zonas, porque su dinamismo redunda en una Gipuzkoa más fuerte, verde y equilibrada”.

Pese a los buenos resultados del programa, el diputado general ha afirmado que “queda mucho por hacer”. “Si bien no tenemos el problema de vaciamiento de otras zonas y territorios, no somos ajenos a las tendencias globales, que conllevan una concentración de la población en áreas urbanas, a lo que hay que sumar el envejecimiento demográfico. Hacer frente al despoblamiento de las áreas rurales es un trabajo constante, que implica ofrecer unos servicios y un nivel de bienestar equiparable al de las ciudades y municipios urbanos, de manera que los pueblos pequeños sigan siendo un buen lugar para vivir y para trabajar”. Asimismo, ha ligado este reto al de “garantizar el relevo generacional del primer sector, una actividad estratégica en el actual contexto de cambio climático y transición a un modelo de alimentación sostenible”.

 

  

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