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Diputación anuncia el hallazgo de un posible primer plano urbano vasco de la prehistoria en Basagain

Los trazados lineales de las piedras del poblado reflejan un nivel de complejidad y de abstracción muy elevado.

13/07/2018

Los trazados lineales realizados en las piedras de este poblado reflejan un nivel de complejidad y de abstracción de sus habitantes muy elevado, con mensajes que, aunque de momento no se puedan traducir con claridad, sí permiten percibir un mundo de gran interés.

Itxaso: “Gracias a estas excavaciones se ha ido ampliando el conjunto de asentamientos conocidos y también el conocimiento que se tiene de cada uno de ellos. Toda esta información sirve, entre otras cosas, para contrastar la idea que quisieron transmitir los romanos de unas gentes bárbaras y poco desarrolladas”.

El Diputado de Cultura, Denis Itxaso junto con el arqueólogo Xabier Pañalver han dado cuenta de un hallazgo arqueológico excepcional en el poblado fortificado de Basagain en Anoeta. Se trata del hallazgo de un posible primer plano urbano de la Prehistoria en Euskal Herria

El poblado fortificado de Basagain se encuentra dentro del término municipal de Anoeta y está siendo excavado por Xabier Peñalver y Eloísa Uribarri a lo largo de los últimos veinticinco años.

Hasta el día de hoy se han encontrado en este poblado decenas de fragmentos de lajas con incisiones rectilíneas variadas en el área intervenida arqueológicamente. Contamos con una serie de estelas decoradas, localizadas de forma prácticamente alineada en lo que pudiera corresponder con una entrada al recinto fortificado. La representación de retículas en algunas de ellas o de otros trazos, están realizadas en estos casos a mano alzada.

Además de estas estelas, también destaca por su complejidad un fragmento de pequeñas dimensiones en el que se entrecruzan, de manera ordenada, gran cantidad de líneas realizadas en fases sucesivas y en este caso los trazos han sido ejecutados apoyándose en un soporte rectilíneo.

De momento, se desconoce la finalidad de estas estelas en ese lugar del poblado, pero todo apunta a una notable complejidad mental de sus autores.

La pieza, por los grabados representados en ella, puede corresponder con el primer plano urbano de la Prehistoria en Euskal Herria. La gruesa laja de arenisca triásica de 36,5x29,5 cm y un grosor de entre 3,5 y 4 cm está grabada en la totalidad de una de sus caras, estando esta superficie dividida en dos partes aproximadamente similares mediante dos líneas paralelas en el sentido longitudinal de la pieza. A ambos lados se han trazado bandas rectangulares separadas entre sí en ocasiones por franjas. Estas bandas, o espacios muy definidos, están a su vez ocupados por grabados transversales rectilíneos en distintos sentidos y algunos de estos espacios están especialmente marcados mediante una X.

Tras numerosos trabajos de comparación, Peñalver ha presentado una hipótesis interpretativa con alguna variante. “Creemos que lo que se representa en esta laja es una planta de una parte del poblado de Basagain, definiendo un eje o calle central transversalmente, y a ambos lados lo que pudieran ser viviendas claramente diferenciadas entre sí. Las señalizaciones, e incluso algunas de las marcas (X), refuerzan la individualización de estas partes de la representación”.

Este trazado, en el caso de corresponder a un plano urbano con las casas anexas y alineadas a ambos lados de una calle central, guarda similitud con las estructuras urbanas halladas en poblados como el alavés de La Hoya en Laguardia o el navarro del Alto de la Cruz de Cortes, entre otros muchos.

Otra de las hipótesis que se plantean es la de que pudiéramos estar ante la representación de parcelas diferenciadas en las que se hayan reflejado mediante marcas distintas, propiedades, tipos de cultivos u otros aspectos. De ser una representación de algún aspecto del poblado estaríamos ante un caso único hasta la fecha para este período.

De cualquier forma, los trazados lineales realizados en las piedras de este poblado reflejan un nivel de complejidad y de abstracción de sus habitantes muy elevado, con mensajes que, aunque de momento no se puedan traducir con claridad, sí permiten percibir un mundo de gran interés.

“La Diputación Foral de Gipuzkoa viene apoyando desde los inicios los trabajos de descubrimiento y excavación de estos asentamientos. Gracias a este apoyo constante se ha ido ampliando el conjunto de asentamientos conocidos y también el conocimiento que se tiene de cada uno de ellos. Las grandes obras de fortificación, por ejemplo, son uno de los aspectos en los que más se ha avanzado en estos últimos años. También se ha avanzado en lo que se refiere a las  viviendas, las formas de construcción, su disposición; el modo de vida, la alimentación, el vestido y muchos detalles más. Toda esta información sirve, entre otras cosas, para contrastar la idea que quisieron transmitir los romanos de unas gentes bárbaras y poco desarrolladas. Basagain y los descubrimientos de los últimos años es prueba de ello”, ha indicado Itxaso.

Basagain

Se trata de un asentamiento correspondiente a la segunda Edad del Hierro, documentado en este lugar en los últimos siglos anteriores al cambio de Era, si bien algunos hallazgos recientes alargan su vida a los primeros momentos de la era actual.

“Los trabajos de campo y de laboratorio llevados a cabo a lo largo de estos años por un amplio equipo de investigadores nos ha permitido aumentar notablemente los conocimientos de estas poblaciones, dedicadas no sólo a la agricultura y ganadería sino a otras variadas actividades”, ha afirmado Itxaso.

De los abundantes materiales recuperados en diferentes zonas del poblado, destacan los relacionados con la actividad metalúrgica del hierro, contando con piezas metálicas utilizadas para la construcción de las viviendas, herramientas agrícolas, armamento o elementos de adorno, además de numerosas escorias que nos hablan del trabajo de este metal in situ.

La actividad comercial, en ocasiones a larga distancia, está así mismo documentada, contando con restos de un brazalete de vidrio y cuentas de collar del mismo material. Los abundantes restos cerámicos, líticos, de semillas y algunos huesos de fauna aportan también información sobre las actividades más habituales de aquellas personas.

Poblados fortificados

Los poblados fortificados en altura, conocidos también con el nombre de "castros",  son asentamientos de la Edad del Hierro. Este período es el último de la Prehistoria en la Europa Occidental y antecede en nuestro territorio  a la conquista romana.  Aproximadamente se extiende durante los 8 siglos anteriores a nuestra era. Los geógrafos  del Imperio fueron los que escribieron y dieron noticia por primera vez de los pueblos que habitaban este espacio, y lo hicieron a su manera, evitando los nombres difíciles, raros o simplemente extraños a su cultura. Con ese acto, el del registro escrito, lo que hoy es Gipuzkoa  pasó de la Prehistoria a la Historia. Ocurrió de la mano de los escritores romanos quienes nombraron viviendo en este espacio a los vascones, los várdulos, los caristios y dieron también el nombre de poblaciones como Oiasso y Menosca.

El de Basagain (Anoeta) es uno de esos poblados fortificados en altura; sus habitantes vivieron el cambio radical que supuso la dominación romana y es  muy probable que el asentamiento se abandonara por este motivo.

Hace solo 25 años no se conocía más que un "castro" de la Edad del Hierro, el de Intxur entre Tolosa y Albiztur. El primero en prestarle atención, como a tantas otras evidencias arqueológicas, fue don José Miguel de Barandiarán, y después el propio Peñalver dedicó varios años a su excavación. Luego fueron llegando Buruntza en Andoain, Muru entre Eskoriatza y Aretxabaleta, Moru en Elgoibar, Murumendi en Beasain (lo de Muru es un término muy repetido en estos topónimos, bien por tener reminiscencias de "los moros" para señalar su antigüedad, bien por ser visibles restos de "muros"), Muñoaundi entre Azpeitia y Azkoitia, Akutu en Beizama y este de Basagain en el que Peñalver y su equipo lleva trabajando un par de décadas.

  

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