338 plazas de empleo público durante los próximos 3 años
338 plazas de empleo público durante los próximos 3 años
Markel Olano ha destacado que la OPE, la mayor realizada hasta ahora, colocará a la institución en disposición de abordar su transformación futura
La Diputación Foral sacará a concurso-oposición 338 plazas de empleo, cuyos exámenes se irán convocando de forma gradual durante los próximos tres años, tras aprobar el Consejo de Gobierno el pasado martes la oferta pública de empleo correspondiente a 2018, con un total de 317 plazas, a las que se suman las 21 aprobadas en la OPE del año pasado. Se trata, según ha destacado el diputado general Markel Olano, de la mayor oferta pública de empleo de la Diputación Foral “en su historia”, marcando un hito en el proceso de modernización de la institución. “Nos va a permitir reforzar a corto plazo sus cimientos, reforzando actuaciones estratégicas como el impulso del empleo y la atención social, y ponerla en disposición de afrontar con garantías su transformación futura, acorde con las nuevas necesidades y demandas de la sociedad de Gipuzkoa, y con el modelo de gobernanza que está consolidando el territorio”.
La OPE permitirá acometer el relevo generacional en la Diputación en un momento “crucial”, ya que más de 900 trabajadoras y trabajadores públicos, aproximadamente la mitad de la plantilla, se jubilarán en los próximos diez años: “Abrimos las puertas de la institución a los nuevos perfiles, la juventud y el talento”, ha subrayado Olano. Para ello, en la fase de concurso se valorará, entre otros méritos, la formación académica y el conocimiento de idiomas, y por primera vez se deberán acreditar en la fase de oposición competencias como el trabajo en equipo, la comunicación, la adaptación al cambio y la profesionalidad. “Necesitamos gente bien preparada, con nuevas capacidades, y con esta OPE incorporaremos a una nueva generación a la que animamos a participar, porque es imprescindible para seguir mejorando el servicio público y la respuesta a las exigencias de la ciudadanía”, ha indicado.
A dicho objetivo se suma, según ha explicado el diputado de Gobernanza y Comunicación con la Sociedad Imanol Lasa, otro “de gran importancia”, el de aumentar la “estabilidad” del empleo público de la Diputación, ya que en las bases se valorará la experiencia en administraciones públicas. Así, se reducirá la tasa de interinidad, superior al 30%, que ha ido aumentando a consecuencia la prohibición del estado de realizar OPEs. Además, y con el mismo objetivo, el personal funcionario de carrera podrá participar en los turnos de promoción interna, fórmula con la cual se cubrirán 46 plazas del total. “Las bases van a garantizar ese equilibrio entre la incorporación de savia nueva y la retención de la experiencia de quienes ya trabajan en la Diputación”, ha explicado Lasa.
A principios de año se dará a conocer el calendario general de los exámenes. La convocatoria para las primeras pruebas selectivas se publicará ya en enero. Serán los correspondientes a las OPEs de TAGs (Técnicos de Administración General), con 35 plazas; trabajadores y trabajadoras sociales, con 25 plazas; y personal médico, con 4. La figura del TAG es fundamental en las secretarías técnicas de la Diputación, y su refuerzo se traducirá en una mayor agilidad y rapidez en la gestión. En cuanto a las OPEs relacionadas con el departamento de Políticas Sociales, responden al aumento en las necesidades de atención social, “que hace que necesitemos recursos para seguir ofreciendo un buen servicio a quienes más lo necesitan. Es un ámbito prioritario”, ha afirmado Lasa. Además, el 11 de enero tendrán lugar los exámenes de la OPE de personal técnico para hacer frente al fraude fiscal, provista con 35 plazas, aprobadas en años anteriores. Serán las segundas pruebas selectivas de esta legislatura, tras las de las 25 plazas de bomberos y bomberas realizadas en 2017.
Según ha dado a conocer el Diputado General, más del 70% de las plazas ofertadas serán de cualificación “alta o media”. Se contemplan especialmente los puestos de trabajo transversales y de mayor polivalencia, como el personal técnico de administración general, economistas, informáticas e informáticos, personal técnico medio, y administrativas y administrativos –puestos que conforman aproximadamente el 40% de la plantilla-. Pero también se ofrecerán plazas de tipo más sectorial o especializado, para las que se requerirán perfiles como los de ingeniería en telecomunicaciones, caminos, topografía, agricultura, medio ambiente, arquitectura, psicología, enfermería, deportes o trabajo social –ver tabla adjunta-.
Asimismo, en la línea de apostar por la inclusión social, el 10% de las plazas se reservará a personas con discapacidad, y por primera vez, se ofrecerán en la OPE tres plazas de archivo y servicios generales, destinadas a personas con discapacidad intelectual, después de haber realizado un estudio concienzudo de la relación de puestos de trabajo con el fin de dar cabida en las OPEs a puestos específicos y adaptados para este colectivo. Esta medida, “pionera”, responde al objetivo de contribuir a normalizar la participación de las personas con este tipo de discapacidad también en la función pública.
La oferta de empleo público aprobada el martes se ha realizado aprovechando al “máximo” las posibilidades ofrecidas por la ley de presupuestos estatal, y la flexibilización de las condiciones para la oferta de empleo público, tanto en la tasa de reposición, destinada a cubrir jubilaciones en áreas prioritarias, como en lo relativo a la consolidación y estabilización, modalidades que permiten convocar puestos cubiertos de forma interina desde 2005 y 2015, respectivamente. Cuenta además, tras haberla negociado con la representación del personal, con el apoyo de la mayoría de la representación sindical de la Diputación.
La última OPE masiva de la Diputación se remonta a 2006. Constó de 193 plazas y se presentaron 7.708 instancias. La legislatura actual marca “un antes y un después” en la revitalización del empleo público foral, ya que entre OPEs y bolsas de trabajo, en estos años se han presentado a los procesos de selección más de 6.000 personas.
El diseño de la nueva Diputación
El Diputado General ha recalcado que la OPE sienta las bases para el siguiente paso, que ha calificado de “vital”: consensuar una hoja de ruta para rediseñar en profundidad la estructura y la organización de la Diputación del futuro, porque la actual fue “pensada en los 80”. “Gipuzkoa está cambiando y lo va a seguir haciendo cada vez más rápido. Y seguirá siendo competitiva y sostenible siempre y cuando sus personas, empresas e instituciones seamos capaces de transformarnos y adaptarnos a los nuevos cambios y necesidades. La Diputación se juega en las próximas décadas su supervivencia en la sociedad de Gipuzkoa. Su rol solo será relevante si acelera y completa el proceso de modernización iniciado en los últimos años”.
Ha aclarado que el éxito de las apuestas estratégicas emprendidas dentro de Etorkizuna Eraikiz y del nuevo modelo de gobernanza de Gipuzkoa dependerá en gran medida de que se produzca “una transformación pareja” en la estructura y las formas de trabajo de la Diputación. “La competitividad y el empleo, la adaptación a una realidad social compleja con fenómenos como el envejecimiento, la migración, las nuevas formas de trabajo o relación, la supervivencia de la identidad cultural de Gipuzkoa... los principales retos de futuro del territorio son cada vez más complejos y multidimensionales, a lo que hay que sumar el impacto de las nuevas tecnologías en todos esos campos o la desafección hacia la política y las instituciones”.
Ya se ha comenzado a realizar un estudio sobre el futuro diseño de la Diputación, y una vez concluido, se iniciará un proceso para incorporar a la ciudadanía, las asociaciones, y los distintos agentes del territorio a dicho debate, porque “estamos ante uno de los retos más importantes que tenemos como sociedad en Gipuzkoa. No sabemos cómo será la institución de aquí a 20 años, pero sí sabemos que, si quiere seguir creando valor público y ser un agente activo en la construcción del futuro, tendrá poco que ver con la actual”, ha aclarado, añadiendo que ese proceso de cambio requerirá “nuevos perfiles y estructuras más flexibles, valentía para romper inercias, decisiones de calado y recursos”.
Dicha transformación tendrá como objetivo materializar una institución con los siguientes rasgos: protagonista de una gobernanza cercana, inteligente y transformadora del territorio; renovada en sus estructuras para ser más eficaz, flexible y cercana; recapitalizada por las personas y habilidades de las próximas décadas; y pionera, inteligente, innovadora y tecnológicamente avanzada.
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