Hacienda busca amarrar los centros de decisión fomentando la participación de las personas trabajadoras en la empresa
Hacienda busca amarrar los centros de decisión fomentando la participación de las personas trabajadoras en la empresa
Hacienda busca amarrar los centros de decisión fomentando la participación de las personas trabajadoras en la empresa
El proyecto de Norma Foral para incentivar la participación de las personas trabajadoras en la empresa incluye medidas positivas para impulsar la participación de las mujeres
Acercar a las personas trabajadoras a la toma de decisiones de su empresa y, por esta vía, amarrar los centros de decisión al territorio. En torno a esta idea ha erigido el departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación Foral de Gipuzkoa el proyecto de Norma Foral para incentivar la participación de las personas trabajadoras en la empresa. El diputado del ramo, Jabier Larrañaga, ha destacado el impacto positivo que la medida puede tener en el ámbito de la promoción económica: “Puede ayudar a apuntalar las empresas al territorio y, al mismo tiempo, mejorar su competitividad, enraizando el talento y reforzando el compromiso de los integrantes de la compañía con el proyecto”.
La medida se sitúa en el marco del Plan de Reactivación Económica y ha sido presentada hoy en Donostia, en un acto en el que, además de Larrañaga, han tomado parte la directora de Política Fiscal y Financiera, Bittori Zabala, y la directora de Igualdad de Mujeres y Hombres, Miren Elgarresta. Según han explicado, el proyecto de Norma Foral estará de exposición pública un mes a partir de hoy y, posteriormente, tendrá que recibir el visto bueno del Consejo de Gobierno de la Diputación. Después del verano, se debatirá y votará en las Juntas Generales, aunque entrará en vigor con efecto retroactivo a 1 de enero de 2016.
Larrañaga ha recordado que la promoción económica tiene “prioridad absoluta” para la Diputación Foral en esta legislatura. “Promoción Económica como generadora de riqueza y empleo de calidad, como fuente de recursos necesarios para la sostenibilidad de los servicios públicos y garante de nuestro nivel de bienestar, que nos dotará de herramientas para combatir la desigualdad social”, ha subrayado. En este sentido, ha señalado que el objetivo del proyecto de Norma Foral es “apuntalar las empresas en el territorio”.
Incentivar la participación de las personas trabajadoras tiene múltiples efectos positivos: por un lado, amarrar los centros de decisión al territorio como vía para evitar deslocalizaciones y, por el otro, hacer a las personas trabajadoras en la empresa partícipes de la gestión y la toma de decisiones estratégicas, mejorando la competitividad de la compañía. “Supone fortalecer la empresa, reafirmando el compromiso de las personas trabajadoras con el proyecto y apuntalando el talento”, ha subrayado Larrañaga, quien ha recordado la tradición de participación en empresa que tiene Gipuzkoa, por ejemplo, a través de cooperativas y sociedades laborales. “Queremos reforzar y ampliar este campo”, ha concluido.
El proyecto busca hacer la transmisión atractiva tanto para la persona transmitente como para la compradora, introduciendo modificaciones en el IRPF en este sentido. Según ha explicado Zabala, desde el punto de vista de la persona transmitente, el límite de edad baja de 65 a 60 años, y la ganancia patrimonial proveniente de la venta seguirá estando exenta (a diferencia de si la venta se hace a un agente inversor externo). Asimismo, se elimina el requisito de realizar una oferta previa a todas las personas trabajadoras en la empresa ya que, según la directora foral, hasta ahora ejercía de obstáculo en este tipo de operaciones, y se podrá ejercer la compra a través de una empresa formada por miembros del citado colectivo.
Para la parte compradora, por su parte, se establece una deducción del 15% hasta un tope de 1.500 euros anuales en el caso de los hombres y de 2.000 para las mujeres. Las cantidades no deducidas por exceder de los citados límites anuales o por insuficiencia de cuota íntegra podrán aplicarse en los cuatro ejercicios hasta un límite de 6.000 euros en el caso de los hombres y de 8.000 en el de las mujeres. En lo referente a los plazos, deberán haber trabajado por lo menos en tres de los cinco años precedentes a la venta y, a posteriori, mantener las acciones o participaciones al menos durante cinco años.
Visión de género
Elgarresta, por su parte, ha explicado que la introducción de medidas positivas para las mujeres busca dar respuesta a “una realidad de desigualdad de género” latente en el mundo de la empresa. Se trata, según ha explicado, de una medida “pionera” y “carente de referencias cercanas”, pero ha añadido que, tras su entrada en vigor, harán un seguimiento “estricto” de su impacto para comprobar su efectividad. “No es mero postureo, sino un cambio cualitativo importante. En el Plan Estratégico de Gestión recogimos un compromiso al que ahora estamos forjando camino con medidas concretas”, ha dicho Elgarresta.
“Siendo el objetivo la promoción económica, la iniciativa que busca incentivar la participación de las personas trabajadoras en la empresa se nos quedaría corta si no tomase en cuenta la realidad en todo su conjunto, y una de las características de esa realidad es la desigualdad de mujeres y hombres”, ha señalado. “Con la diversidad de género gana la empresa, ganan los hombres y las mujeres y, en definitiva, sale ganando toda la sociedad”, ha añadido.
El proyecto de Norma Foral también incluye otra modificación normativa destacable en este ámbito. Para la aplicación de las deducciones es necesario que, en el momento de la transacción, las personas trabajadoras hayan estado trabajando un plazo determinado de tiempo en la empresa y, a la hora de contabilizar este período, también se tendrán en cuenta las excedencias voluntarias por cuidado de familiares. Según ha expuesto Elgarresta, el 94% de las personas que acceden a esta excedencia son mujeres, por lo que esta decisión busca anular esta situación de desigualdad.
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