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Una vivienda para hacer frente a la exclusión social

El diputado general ha visitado uno de los 5 pisos del programa Habitat Gipuzkoa y ha calificado de “muy positivos” los resultados

Visita a una vivienda del programa Habitat Gipuzkoa.

El diputado general, Markel Olano, ha visitado esta mañana en Donostia uno de los 5 pisos del programa piloto “Hábitat Gipuzkoa”, el cual, siguiendo el modelo “Housing First”, tiene como destinatarias a personas del territorio sin hogar. Se trata de una iniciativa de la Fundación Rais Euskadi, que impulsa el ente foral con la ayuda del Ayuntamiento de Donostia San Sebastián -que ha cedido los pisos-, en el marco del Plan Elkar-Ekin de Inclusión Social de Gipuzkoa 2016-2020. Olano ha avanzado que siendo el objetivo de Hábitat Gipuzkoa llegar a disponer de 10 viviendas, próximamente a los 5 pisos de Donostia se les sumarán otras dos viviendas en dos localidades de Gipuzkoa para dar continuidad a este proyecto, cuyos resultados ha calificado de “muy positivos”, ya que “el 100% de participantes ha permanecido en la vivienda que les facilita el programa un año después de su entrada”.

El diputado general, que ha visitado el piso junto a la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, y Alejandra Puente, directora de Rais Euskadi, ha explicado que el objetivo del programa Hábitat Gipuzkoa es utilizar “como base una vivienda”, para que un grupo de personas en situación de exclusión residencial - con larga trayectoria en calle, con gran deterioro y/o con una adicción, problema grave de salud mental y/o discapacidad- a través de una labor de acompañamiento clave encuentre “un espacio de oportunidades” para recuperar su relación con el entorno y de este modo construir una adecuada “red social de apoyo” que les permita salir de “su situación de exclusión”.

“Nuestro territorio mira al futuro, ha avanzado social y económicamente en este 2018, pero queremos que todas las personas sean partícipes de este avance, que nadie se quede atrás. Por ello debemos seguir generando iniciativas que permitan que las personas en riesgo de exclusión vuelvan a tender puentes con el entorno social. Es el deseo y, a su vez, el compromiso que adquirimos para 2019, el de seguir trabajando para todas las personas tengan su oportunidad en Gipuzkoa”, ha resumido.
Los participantes en Hábitat Gipuzkoa, con una edad media de 49 años para los hombres y de 41 años en el caso de las mujeres, carecen en totalidad de apoyos familiares. Tras haber vivido una media de 4 años en calle en Donostia o en alojamientos de emergencia, presentan problemas de salud, en varios casos sin diagnóstico final pero con evidencias de sufrir patologías mentales, así como, consumos de alcohol y cannabis.

La Diputación, junto a Rais y el Ayuntamiento de Donostia, se encarga de realizar la evaluación periódica del proyecto, que parte con un plazo de cuatro años y una inversión por parte de la Diputación de 30.000 euros. Para la puesta en marcha del programa, el Departamento de Políticas Sociales, junto al Servicio Municipal de Urgencias Sociales (SMUS) confeccionó una lista con veinte candidatos a participar en el programa -quince hombres y cinco mujeres- y, con la colaboración de Rais, se seleccionaron las cinco personas sin hogar del territorio que ahora habitan otros tantos apartamentos –todos ellos en diferentes barrios de la capital donostiarra- para reconducir sus vidas.

El diputado general ha subrayado que si bien la Diputación ya cuenta con servicios-alojamientos que atienden a personas en exclusión social, mediante este proyecto “hemos querido en marcha una forma diferente de abordar la inclusión social, porque un solo modelo no responde a todos los problemas de intervención que tenemos”.

Compromisos de los usuarios
Los usuarios de este tipo de vivienda cumplen necesariamente 4 compromisos: Tener una convivencia normalizada con la comunidad de vecinos donde se encuentre la vivienda; aceptar una visita, al menos una vez a la semana, del profesional del proyecto; participar en la evaluación del proyecto; y contribuir al desarrollo del programa con el 30% de sus ingresos en caso de disponer de los mismos.

Las viviendas estaban todas ellas dotadas de un mobiliario, utensilios y enseres básicos, que se ponen a disposición de los participantes para que dispongan de los mismos y procedan a la personalización de sus hogares como ellos determinen. Para el acondicionamiento de las viviendas (limpieza y mobiliario) se ha buscado la colaboración de otras entidades sociales: Tinko, Empresa de limpieza sin ánimo de lucro promovida por la Fundación Beti Gizartean; Emaus y Remar (Compra de parte del mobiliario y enseres).

Alejandra Puente por su parte ha realizado una “valoración positiva” de la experiencia, ya que, las personas participantes han hecho cambios importantes en poco tiempo: “empadronamientos en su propia vivienda, acceso a RGI, adherencia a tratamientos de salud mental, regulación de hábitos de alimentación, reducción de consumos de alcohol, vinculación con la comunidad”. También ha resaltado que se ha producido alguna incidencia, ya que son personas que “vienen de vivir largos periodos en calle y con muchas carencias y falta de habilidades de relación y de convivencia”.

La presidenta de Rais Euskadi ha añadido que “contamos con un equipo educativo, con experiencia en el trabajo con Personas sinhogarismo, y este aspecto determina la intervención y los resultados que se están dando”. Al respecto, el máximo responsable foral ha ensalzado la labor del equipo técnico, ya que su conocimiento, seguimiento y mediación están siendo “fundamentales” a la hora de trabajar estas nuevas situaciones vitales para las personas participantes.

“Creemos que facilitar un alojamiento adecuado es “un requisito previo a resolver otros problemas sociales y sanitarios”, ha concluido el diputado general, haciendo hincapié en que con Hábitat Gipuzkoa “buscamos ir más allá de la intervención que satisface las necesidades de supervivencia, para lograr un clima de hogar en el que cada una de las personas sean capaces de creer en sí mismas”.

  

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