Vestigios del euskera en la Edad Antigua de Gipuzkoa
Vestigios del euskera en la Edad Antigua de Gipuzkoa
Euskaltzaindia, con el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha publicado la investigación titulada 'Gipuzkoa Antzinaroan: hizkuntzak eta eremu linguistikoak onomastikaren argitan' (Gipuzkoa en la Edad Antigua: lenguas y espacios lingüísticos a la luz de la onomástica).
Euskaltzaindia ha presentado hoy en el Museo San Telmo de Donostia su investigación Gipuzkoa Antzinaroan: hizkuntzak eta eremu linguistikoak onomastikaren argitan (Gipuzkoa en la Edad Antigua: lenguas y espacios lingüísticos a la luz de la onomástica). La Academia de la Lengua Vasca ha editado esta nueva publicación dentro de la colección IZENAK, con el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa. El libro está ya disponible en librerías y en la propia página web de Euskaltzaindia (euskaltzaindia.eus).
Este curioso trabajo, que cuenta con nueve apartados principales y las palabras de los miembros de número de Euskaltzaindia Roberto González de Viñaspre y Patxi Salaberri en su prólogo, propone argumentos para cuestionar la teoría que pervive en la actualidad. Este supuesto o teoría es bien conocida y afirma que el euskera llegó a finales de la Edad Antigua a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, precisamente desde Navarra. Este libro contradice esta teoría, mostrando para ello razones arraigadas en la toponimia.
En la presentación del libro han estado presentes Markel Olano, diputado general de Gipuzkoa, el presidente de Euskaltzaindia, Andres Urrutia y Luis Mari Zaldua, miembro de Euskaltzaindia y autor del libro. Andrés Urrutia ha querido destacar el interés y la vocación de colaboración mostrada por Euskaltzaindia desde sus inicios, y ha agradecido la colaboración que la Diputación de Gipuzkoa ha brindado desde siempre. «En primer lugar, quisiera agradecer al diputado general su apoyo y compromiso con la Academia; así como a Luis María Zaldua, miembro correspondiente de Euskaltzaindia y miembro de la comisión de Onomástica de dicha entidad, por el apoyo prestado en la elaboración de este libro». A continuación, el presidente de Euskaltzaindia destaca la importancia de este estudio: «Es necesario conocer y dar a conocer los pormenores del euskera, ya que existen creencias erróneas o no del todo acertadas que no tienen una base sólida, y que aún perviven». Y frente estas teorías debemos presentar estudios realizados de forma responsable y rigurosa. ¡Nos jugamos la cultura vasca y el euskera!».
Por su parte, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, ha destacado que "el euskera y la cultura vasca son un elemento fundamental a la hora de analizar el carácter y la evolución histórica" de Gipuzkoa. "El pasado y el presente de nuestro territorio no se puede entender sin el euskera. Es así, al menos, desde la Antigüedad, a la luz de este libro. Por eso, para profundizar en el conocimiento de Gipuzkoa, siempre por la vía de la ciencia y de la investigación rigurosa, es imprescindible seguir incrementando el conocimiento sobre el origen y la evolución de la lengua vasca ", ha reflexionado.
Teorías sin base sólida
En este libro se analiza de forma conjunta la información que se puede extraer tanto de la epigrafía romana como de los libros de los geógrafos e historiadores, y se compara con la onomástica vasca de la Edad Media y Moderna, con el objetivo de aportar luz en torno al conocimiento de la situación lingüística de la Edad Antigua en Gipuzkoa.
Así, frente a aquellos que afirman que el euskera llegó a Gipuzkoa desde Navarra, Luis Mari Zaldua aduce otras razones, aunque reconoce que esa teoría está bastante extendida: «Los motivos que sustentan esta teoría son dudosos, pero ésta sigue viva», ha afirmado el investigador en la presentación de hoy. «Unas pocas inscripciones y cuatro o cinco topónimos son los principales argumentos para cuestionar que los residentes en Gipuzkoa en época romana eran vascos», añade Zaldua, y que, al tenor de los datos que se presentan hoy, la aportación de las lenguas de origen indoeuropeo parece formar «una capa superior, no inferior; es decir, al parecer, los vascos ya vivíamos aquí en la antigüedad».
Para cuestionar esta teoría (para descartarla se necesitarían otras pruebas), Zaldua ha empleado la toponimia en este libro: «El tratamiento o evolución lingüística de algunos topónimos –que resulta totalmente incompatible con el romance y es inherente y propia del euskera– nos demuestra de forma bastante clara que cuando estas denominaciones se crearon o llegaron, la lengua de raíz vasca era la predominante en nuestro territorio; es decir, que la población era vascoparlante».
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