Escribamos juntos el futuro
Escribamos juntos el futuro
Artículo de opinión publicado el 20 de mayo de 2016 en Noticias de Gipuzkoa, Berria y Goiena
Vivimos en un mundo en el que lo único constante, seguro, es el cambio. Un mundo cada vez más complejo, globalizado, interconectado, y al mismo tiempo más individualista, inmerso en profundas transformaciones demográficas, económicas, sociales, medioambientales o culturales, que plantean, por un lado, desafíos de una gran trascendencia y, por otro, un escenario de incertidumbre al que el territorio de Gipuzkoa no es ajeno. Así se desprende de la encuesta que hemos hecho pública esta semana, y con la que hemos querido tomar el pulso a las principales inquietudes de la ciudadanía. El estudio evidencia el alto nivel de preocupación de los guipuzcoanos y guipuzcoanas respecto al futuro y la situación económica, y los retos a los que van aparejados. Y de fondo, un mensaje claro, meridiano, dirigido a quienes ostentamos responsabilidades en las instituciones públicas: que no nos limitemos a gestionar el día a día, a atender los problemas más urgentes, sino que nos tomemos el tiempo, y el trabajo, de anticiparnos al futuro y poner las bases del bienestar económico y social de ellos, ellas, sus hijos y sus hijas. Tanto es así, que casi la mitad de las personas encuestadas consideran que los representantes públicos debemos trabajar pensando más en lo que viene que en el presente. Y casi el 75% estima que debemos desarrollar proyectos de largo recorrido.
En efecto, la gestión pública tiene un significado mucho más profundo que cuadrar balances, asignar recursos y aprobar leyes. Sin restar importancia a la actividad cotidiana, ordinaria, que reclama toda nuestra auto-exigencia, lo que realmente aportará valor cualitativo a nuestras decisiones será la capacidad de conectar con esa demanda mayoritaria de la ciudadanía, y saber darle respuesta. Por eso, coincidiendo con el primer año de legislatura, presentamos hoy ante la sociedad guipuzcoana Etorkizuna Eraikiz, un hito que cabe resumir de la siguiente forma: en estos primeros meses de legislatura, nos hemos dedicado a solucionar las urgencias del territorio y sacarlo del atasco en el que estaba inmerso, en lo referente a la gestión de los residuos, las carreteras o la promoción económica, entre otros. Ahora, sin dejar de lado todo ese trabajo, nos toca dar un paso más y tratar de escribir el futuro. Para eso, no basta con reproducir los esquemas que han llevado a Gipuzkoa a posicionarse las últimas décadas como un territorio inteligente, integrador y avanzado. Ni siquiera bastará con hacer mejor lo que hasta ahora hacíamos bien. Nuevas realidades como el cambio en los modelos económicos, o el envejecimiento de la población, exigen nuevos enfoques y recetas; añadir a la seriedad y la capacidad de trabajo que nos caracterizan imaginación, experimentación, e innovación. Parafraseando a Einstein, al igual que no cabe esperar resultados distintos si siempre se hace lo mismo, en este caso a las instituciones nos toca crear las condiciones para hacer cosas distintas, pioneras, que nos permitan conseguir el resultado de siempre: el de una Gipuzkoa moderna, competitiva, solidaria y cohesionada. Conviene destacar que Etorkizuna Eraikiz no es un ejercicio de abstracción o reflexión pura. El riesgo de caer en la parálisis por exceso de análisis no está contemplado. Al contrario, el programa prevé poner en marcha desde este año, a través de GipuzkoaLab, uno de sus dos ejes principales, más de 25 experiencias piloto en empresas y comarcas de Gipuzkoa, en campos tan importantes como la participación de los y las trabajadoras en las empresas, la conciliación, la atención a nuestros mayores, o la industria audiovisual en euskara, que permitirán construir nuevas políticas para edificar el futuro de Gipuzkoa.
El segundo pilar del programa consistirá en la elaboración de un Plan Estratégico de Gipuzkoa 2026, que identificará y definirá proyectos estratégicos tangibles que marquen el camino a seguir para los próximos diez años en la promoción económica y turística, la educación, la cultura, la sostenibilidad de las políticas sociales, el medioambiente o las infraestructuras. Todo este trabajo contará con la aportación del mundo académico, a través de los convenios que hemos firmado con las cuatro universidades del territorio, las asociaciones y entidades, el resto de instituciones, el tejido económico, y los distintos agentes, foros y redes internacionales de referencia que se identificarán a través de la iniciativa transversal Ikergune -analizar las prácticas más avanzadas y exitosas a nivel internacional para su aplicación en Gipuzkoa será uno de los principales ingredientes-.
El programa descansará en un modelo de gobernanza abierto y colaborativo, donde la participación y el aprendizaje colectivo serán claves, ya que tan importante como el contenido es el cómo lo llevaremos a cabo. Mi ilusión -y ambicióncomo Diputado General es que Etorkizuna Eraikiz sea un proyecto de Gipuzkoa, y no de los dos partidos políticos que formamos el gobierno, para lo que es imprescindible mantener este programa alejado de rifirrafes partidistas. Tenemos la oportunidad de construir una dinámica de trabajo y un legado que perdure más allá de los tiempos electorales, en beneficio de Gipuzkoa. Es lo que la ciudadanía nos exige, y debemos estar a la altura.
El nuestro es un territorio que ha sabido adaptarse históricamente a los cambios, reinventar su estructura económica y su cultura, sin renunciar a sus raíces, situándose a la vanguardia de las transformaciones. Contamos con un saber hacer, un dinamismo y un rigor que constituyen un buen punto de partida. Sin embargo, estamos inmersos en un cambio de paradigma ante el que los éxitos pasados o presentes no son ya ninguna garantía de futuro. Es momento de movilizar toda nuestra ilusión colectiva, ganas, ideas y entusiasmo. De dejar a un lado la autocomplacencia. No nos quedemos sentados esperando al futuro, a la deriva de los acontecimientos y las crisis. Diseñemos nuestro futuro. Pongamos los cimientos de la Gipuzkoa en la que nos gustaría vivir.
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