El incendio de Irún afectó a un total de 275 hectáreas públicas y 125 privadas
El incendio de Irún afectó a un total de 275 hectáreas públicas y 125 privadas
La portavoz foral ha anunciado que la Diputación actuará “con determinación” para “favorecer la regeneración del patrimonio natural”.
La Diputación Foral ha realizado un primer balance de los daños del incendio ocurrido hace dos semanas en Irún, el mayor padecido por Gipuzkoa en la última década. Según la primera estimación realizada por los responsables de la dirección de Montes y Medio Natural, el incendio ha afectado a en torno a 400 hectáreas, 275 de ellas públicas -propiedad del Ayuntamiento de Irun- y 125 hectáreas privadas. Toda la superficie se ubica dentro del Parque Natural de Aiako Harria. Se han visto afectadas la zona de reserva del barranco de Endara y las laderas que dan al río Bidasoa, ambas zonas muy escarpadas y de difícil acceso. El de Endara es un valle de gran valor natural, por lo que está declarado área de reserva del Parque Natural de Aiako Harria.
La institución foral ha ofrecido estos datos en la visita realizada a la zona afectada por la portavoz foral, Eider Mendoza, la directora de Montes y Medio Natural, Arantxa Ariztimuño, el jefe del servicio de Montes y Gestión de Hábitats, Ismael Mondragón, y el concejal delegado de Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Irun, Borja Olazabal, que han podido comprobar in situ los daños del siniestro. Mendoza ha lamentado la “pérdida de patrimonio natural” que ha supuesto el incendio, y ha asegurado “que el personal técnico de la Diputación hará un seguimiento estrecho de la evolución de la zona para, con base en esa in formación, adoptar todas las medidas y acciones necesarias para favorecer su recuperación. Nuestra determinación a ese respecto es total”.
El siniestro ha afectado a los bosques autóctonos de estas zonas, robledal en Endara y roble en la zona del Bidasoa, que han sido los más dañados. Dentro del perímetro visible de momento, la vegetación se ha visto afectada de forma diferente según la especie, orientaciones, pendientes, velocidad del viento en el momento del paso del fuego, dirección y otras variables. La portavoz foral ha anunciado que es difícil “anticipar la evolución de estos daños y el alcance de su impacto en el futuro. Habrá que esperar por lo menos hasta después de la primavera para ver cuántos árboles sobreviven. El robledal y la regata de Endara tienen también un especial interés faunístico, por lo habrá que ver cómo afecta en este sentido”.
Asimismo, ha añadido que existe “un riesgo de erosión por las pendientes del barranco de Endara, por lo que vamos a realizar un seguimiento para ver si la vegetación se regenera de forma natural o hay que llevar a cabo repoblaciones. También en ese caso habrá que analizar la necesidad de cierres. Asimismo, deberá tenerse en cuenta si la importancia hidrológica y paisajística de Endara retorna a su estado natural, para completar los trabajos a realizar”. Además de la vegetación autóctona, hay daños en algunas plantaciones situadas en la ladera del Bidasoa, tanto de pino (insignis y laricio) como de roble norte, y también se han quemado pastos. En lo que se refiere a los montes particulares, hay diferentes grados de daño, y habrá que esperar también a primavera para ver cómo evolucionan de las plantaciones.
Según ha recordado Mendoza, los cinco días previos al incendio registraron un fuerte viento sur, lo que secó mucho la vegetación y la tierra. “El mismo sábado las rachas de viento alcanzaron 130 km/h y la humedad fue inferior al 40%. Estas circunstancias, unidas a las fuertes pendientes existentes, propiciaron la propagación y la intensidad del fuego, que por momentos rodeó todo el parque de Aiako Harria desde Iparralde, Lesaka y Bera”. En cualquier caso, ha vuelto a recordar que no se registraron daños personales, que no resultó afectada ninguna vivienda ni borda, y que la afección al ganado en Gipuzkoa ha sido “muy leve”. Por último, ha recalcado que la colaboración fue “fundamental”, agradeciendo la labor todas las y los bomberos y guardas forestales implicados en la lucha contra el fuego, Ertzaintza, Protección Civil, Policía Municipal de Irun, Cruz Roja y DYA Gipuzkoa. “Todos ellos dieron lo mejor de sí y trabajaron codo con codo, lo que posibilitó que no tuviéramos que lamentar mayores desastres”.
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