30.000 euros para un proyecto educativo y psicosocial para la población infantil refugiada en Líbano
30.000 euros para un proyecto educativo y psicosocial para la población infantil refugiada en Líbano
30.000 euros para un proyecto educativo y psicosocial para la población infantil refugiada en Líbano
Itxaso advierte de las consecuencias futuras de las carencias educativas de la población refugiada
Tras cinco años de guerra en Siria el desastre humanitario ha alcanzado unas proporciones dramáticas: cerca de medio millón de personas muertas y un desplazamiento de casi cinco millones de personas a los países limítrofes. De ellas, más de un millón han llegado a Líbano, convirtiendo a este país en el de mayor concentración de personas desplazadas per cápita del mundo. La población vive en condiciones penosas por lo que se está dando prioridad a la búsqueda de servicios y bienes básicos, dejando de un lado las necesidades educativas de los menores.
“La problemática de los refugiados ha adquirido una dimensión dramática que tiene innumerables vertientes. Conocemos en mayor o menor medida la situación de los que tratan de llegar a Europa y se encuentran con las puertas cerradas debido a la insensibilidad e incompetencia de las Instituciones europeas. Pero además, están las miles y miles de personas que se han refugiado en el Líbano. Y nos preocupan especialmente los niños y las niñas que se encuentran en la situación más vulnerable. Entre otras muchas cosas van a perder años de educación y, si no hacemos nada, eso a la larga va a suponer una gran tragedia tanto personal como social para todos esos países”, ha dicho Itxaso.
Para dar respuesta a esta situación, el Ministerio de Educación de Líbano, junto con Naciones Unidas, pusieron en marcha en 2013 el programa “Vuelta a la Escuela” con el objetivo de incorporar a la población estudiantil siria a las escuelas públicas libanesas. Sin embargo, la realidad es que el sistema educativo de este país no está preparado para acoger a los más de 400.000 menores en edad escolar llegados de Siria; y además, las diferencias en el currículo educativo de ambos países supone un considerable obstáculo, ya que la mayoría de estudiantes de Siria no consigue aprobar el examen de ingreso al sistema educativo libanés. Se estima que tan solo un 10% han logrado acceder a la educación pública de Líbano.
Itxaso ha explicado que las políticas de cooperación que impulsa la Diputación promueven la defensa de los derechos humanos y la cultura y la educación como herramientas de convivencia y de desarrollo de una cultura de valores como la igualdad y el respeto a la diferencia. “Y precisamente este proyecto promueve todos estos valores”, ha asegurado.
Este proyecto pretende afrontar el problema mediante las siguientes actividades:
- Contratar a diez mujeres refugiadas que ejercían la profesión de maestra en Siria.
- Capacitar a estas mujeres a través de un curso que se denomina “Strategies for Trauma Awareness and Resliencie” y que está diseñado para preparar a las profesoras en el tratamiento de situaciones traumáticas.
- Seleccionar a 50 niñas y 50 niños de entre 4 y 6 años que viven refugiados en barrios del sur de Beirut y hacerles entrega de un kit de material escolar que incluye mochila, cuadernos, lápices, libros…
- Alquilar un centro escolar dedicando dos aulas a menores de 4 años, dos aulas para 5 años y una para 6 años.
- Iniciar un curso de ocho meses basado en el currículo educativo libanés.
Estas actividades se realizarán en estrecha coordinación con el Ministerio de Educación de Líbano.
Solidaridad Internacional es una ONG que trabaja desde hace más de 25 años para promover en el ámbito internacional la consolidación de la democracia, el respeto de los Derechos Humanos, el desarrollo humano y sostenible y los valores de igualdad y justicia social. Tiene oficinas en más de 20 países de América Latina, Oriente Próximo y África.
La Entidad local que colaborará en el proyecto es The Popular Aid for Relief & Development, PARD, una asociación sin ánimo de lucro constituida en 1990 que tiene su sede en Beirut y cuenta con una plantilla de 36 personas. Su objetivo es promover la equidad de género y defender los derechos de los grupos marginados y en situación de vulnerabilidad particularmente los de origen palestino.
PARD forma parte de un clúster para responder a situaciones de emergencia liderado por UNICEF en el que también participan ACNUR, UNRWA y el Ministerio de Educación de Líbano.
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