Los casos de violencia persisten y nos preocupa la victimización oculta
Los casos de violencia persisten y nos preocupa la victimización oculta
Miren Elgarresta, directora de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa, gestiona una dirección que trabaja en la prevención, la asistencia y el empoderamiento de la mujer en la sociedad
En septiembre cogió el testigo para liderar la carrera de fondo en favor de la igualdad de género. Desde entonces, a Miren Elgarresta (Oñati, 1965) le corresponde empapar la Administración guipuzcoana del mensaje igualitario. Insertar en las conciencias de quienes diseñan las políticas sectoriales la idea de equiparar hombre y mujer. Como toda buena activista, azuzar, insistir, remover... para que la buena causa no caiga en el olvido.
¿Qué se hace un 8 de marzo: celebrar, reivindicar, protestar...?
Las tres cosas están legitimadas. Celebrar sí, porque este día nos recuerda los logros alcanzados entre todos, pero sobre todo por las mujeres. Ahora hay una menor tolerancia hacia la discriminación. Pero queda mucho por hacer. La reivindicación debe seguir encaminada a la acción para transformar la sociedad.
¿La desaparición del Día de la Mujer sería el mejor indicador de que hemos alcanzado la igualdad?
Lo lógico sería que si llegáramos a ese horizonte, el día se convirtiera en motivo de celebración. No podemos olvidar el pasado. No obstante, quiero matizar que en el ámbito feminista y entre quienes fomentamos políticas de igualdad lo que está aceptado es denominarlo Día de las Mujeres y no Día de la Mujer.
¿Cuál es la diferencia?
En singular, parece que hablamos de la esencia de la mujer, cuando realmente hay una gran diversidad de mujeres. Y el Día tiene que hacer mención a todas ellas.
¿Qué retos aborda su dirección?
Tenemos varias líneas estratégicas pero una importante tiene que ver con la lucha contra la violencia machista. También incidimos en el campo laboral y en términos de conciliación y corresponsabilidad dentro del ámbito familiar o en la empresa.
Pero, ¿en qué consiste su labor?
Lo que hace el Órgano para la Igualdad de Mujeres y Hombres es impulsar la igualdad en todas las áreas del ámbito administrativo local y foral. Se encarga de la coordinación y la evaluación de las políticas forales en cuanto a igualdad, de reforzar el trabajo de redes feministas y de hacer el diseño y seguimiento de la lucha contra la violencia machista.
¿Qué puede hacer la Diputación para combatirla?
Actuamos en dos ámbitos. La prevención y la atención. En este segundo caso damos asistencia, ya sea judicial, psicológica, sanitaria o económica a las personas afectadas. Pero si queremos que las necesidades disminuyan tenemos que abordar la prevención. Hablamos de un problema complejo y una de las claves está en cómo se estructura la sociedad. En la Educación, la familia y los medios de comunicación.
¿Y qué pueden hacer ahí?
No tenemos competencia en Educación, pero sí podemos elaborar estrategias o proyectos piloto que se apliquen en el territorio. También trabajamos las estrategias comunicativas. Ya existen grupos de emprendedores que trabajan la comunicación desde la perspectiva de género. Y luego está todo el trabajo de sensibilización. Todavía hay muchas personas que creen que lo de la igualdad está superado y no es así.
¿Qué le diría a quien no está de acuerdo con esa tesis?
Lo triste es que hay una persistencia de casos de violencia machista. Los casos de maltrato se mantienen de un año a otro. Pero las muertes o las denuncias son datos objetivos. Detrás hay una victimización oculta que nos preocupa. Gente que no se atreve a denunciar por desconfianza hacia las instituciones o vergüenza en su entorno.
Este sábado se ha registrado una violación en Irun.
Se trata de nuevo hecho lamentable que debemos reprobar y condenar tanto instituciones como toda la sociedad. Nos recuerda que el problema de la violencia machista y las agresiones sexuales a las mujeres persisten en nuestra sociedad. Hay que destacar la edad del presunto agresor. Un joven de 18 años. Esto es indicativo de que nuestra sociedad sigue reproduciendo una desigualdad basada en relaciones de poder y dominación de hombres sobre las mujeres. En alusión al lema elegido por Emakunde para este 8 de marzo, hay que insistir en que las personas no nacen violentas, se hacen violentas y aprenden la violencia.
¿Se plantean indicadores de resultado para la legislatura?
Tenemos que erradicar la violencia, no minimizarla. Pero insisto en que hay mucha violencia por aflorar. La sensibilización nos tiene que llevar a actuar porque ha habido mucho de mirar a otro lado. Recogemos datos de la Ertzaintza y de los servicios sociales, pero no suponen más que la punta del iceberg. Que un año hayamos registrado menos casos que el anterior no nos garantiza que esté disminuyendo la violencia.
¿Nos podría citar alguna iniciativa concreta en curso?
Estamos centrados en un Plan Integral contra la violencia machista. Estamos haciendo un diagnóstico de la situación en Gipuzkoa, no sólo con los datos objetivos sino ahondando en cuáles son las prioridades y fijándonos en los países del norte. Esperamos que para abril y mayo podamos tener un plan de acción.
¿Cuál es el objetivo de los 1,8 millones que han destinado este año a programas de igualdad?
Contamos con un espectro municipal muy amplio. No tienen nada que ver Orexa e Irun. Lo que intentamos promover es la transversalidad de género en todas las políticas municipales y en todos los ámbitos. Unos intervendrán en el plano social, otros podrán ampliar actuaciones a la cultura o el deporte.
O sea que no se trata solo de combatir la violencia...
Claro que no. También impulsamos el empoderamiento de las mujeres. Tienen que hacerse visibles en todos los ámbitos. De hecho, hay escuelas de empoderamiento para las mujeres que tienen dificultades para participar en la sociedad.
¿Ayudaría que hubiera una diputada general o una lehendakari?
La imagen es importante y las instituciones son un modelo social. Representan a la sociedad, también en términos de igualdad. El hecho de que en 40 años aún no hayamos visto una diputada general o un lehendakari denota que algo está pendiente. Sería un salto cualitativo. Y no creo que haya que esperar mucho para que ocurra porque tenemos una sociedad muy preparada.
Pero, ¿se traduce esa preparación en una igualdad de condiciones?
No. Todavía la renta media de la mujer alcanza solo el 61% de la del hombre. En términos salariales, las mujeres cobran en Euskadi un 25% menos que los hombres. Y la crisis tampoco ha afectado por igual a todos. De cada diez empleos precarios, ocho afectan a mujeres. Tienen peores empleos y salarios más bajos.
¿Qué le pareció la imagen de Carolina Bescansa con su bebé en el Congreso?
Puede haber muchas lecturas. Desde luego tendría más efecto si lo hubiera hecho un hombre, por aquello del mensaje de la corresponsabilidad. Pero me quedo con lo positivo, que es que generó un debate. Se habló del tema. Se suscitó la reflexión.
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