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Gipuzkoa activa su estrategia para combatir la soledad no deseada

‘Bakardadea-K’ enfrentará el reto de la soledad entre las personas mayores, a través del fortalecimiento de vínculos sociales y comunitarios.

07/09/2020

Esta mañana la Diputación Foral de Gipuzkoa ha dado a conocer la activación en el territorio de una estrategia conjunta para combatir la soledad no deseada entre las personas mayores. En la presentación han participado la diputada foral de Políticas Sociales, Maite Peña, la directora de Adinberri, Rakel San Sebastian y la investigadora de Matia Fundazioa, Sara Marsillas. Mediante la estrategia ‘Bakardadea-K. Gipuzkoan pertsonak konektatzen’, se marcará una hoja de ruta para hacer frente al reto de la soledad a través del fortalecimiento de los vínculos sociales y comunitarios, “todo ello en base a un proceso participativo territorial y una construcción colectiva”, ha apuntado Maite Peña.

          La diputada ha subrayado la relevancia de hacer frente a la soledad no deseada entre las personas mayores, “más aún en el contexto que nos ha impuesto la COVID-19, el cual ha agudizado el reto de preservar la salud y el bienestar de las personas mayores, muy vulnerables a los efectos del virus”. Maite Peña ha añadido que “se trata de un reto de primer nivel, pero nos movemos en un contexto de oportunidad”. La clave, reside en abordarlo de forma colaborativa: “Es un reto social colectivo, aunque sea un tema personal, tiene un alto impacto en la sociedad, y necesita de una estrategia global y compartida. Por eso, ‘Bakardadea-K’ se basa en la participación, con una visión muy amplia e integradora”.

Se trata de una iniciativa impulsada por la Diputación Foral de Gipuzkoa y Adinberri, con la participación y colaboración de personas expertas del ámbito sociosanitario, personal investigador, ayuntamientos y entidades del tercer sector social. El equipo viene trabajando en el diseño de la estrategia desde comienzos de año, y en él, además de profesionales de Adinberri y de los departamentos forales de Políticas Sociales y Gobernanza, participan Javier Yanguas y Mayte Sancho como personas expertas en gerontología, Mª Luz Peña de Osakidetza, Eva Salaverria del Ayuntamiento de Donostia, Sara Marsillas como investigadora de Matia Fundazioa y Maribel Pizarro del Teléfono de la Esperanza. Paralelamente, se están construyendo grupos sectoriales con el objetivo de ampliar y desarrollar una red de redes, en los ámbitos de la salud, del tercer sector e intergeneracionales.

“Profundizaremos en los cuidados, en el rol que debe jugar cada agente, en impulsar las relaciones intergeneracionales, aprovechando la innovación sociosanitaria y tecnológica”, ha apuntado la diputada. Todo ello desde el empoderamiento de las personas, desde la escucha a las personas mayores y desde lo comunitario: “Nos enfrentamos a una realidad muy compleja, hemos dado los primeros pasos, y de aquí en adelante, seguiremos trabajando desde esa perspectiva integradora, desde una base que hemos construido contando con aquellos estudios e iniciativas ya emprendidas en el territorio, y promoviendo proyectos innovadores que den respuesta al reto de la soledad”, ha completado Maite Peña.

Hasta la fecha, y con el objetivo de complementar la fase de diagnóstico, se sigue ultimando el Mapa de la Soledad en Gipuzkoa. Tal y como ha explicado Rakel San Sebastian, “se ha realizado un mapeo del conjunto de iniciativas en torno a la soledad de las personas mayores impulsadas desde los ayuntamientos u otras entidades locales, la cual seguiremos completando con todas las nuevas iniciativas que puedan ir surgiendo. Es una información muy valiosa y que, sin duda, nos da una perspectiva de lo que ya se está haciendo, una parte fundamental en la construcción de la estrategia”.

En palabras de la directora de Adinberri, y en cuanto a la hoja de ruta a seguir en los próximos meses, en el mes de octubre finalizará la redacción del documento de bases y se ultimará el diseño del proceso participativo, la cual se ejecutará en los dos meses siguientes a través de workshops a lo largo de diferentes municipios y comarcas de Gipuzkoa. Para final de año, se completará la estrategia con todas las aportaciones recogidas, y el plan de actuación estará listo para poder empezar a ejecutarlo en 2021.

 

Diagnóstico de la soledad en Gipuzkoa

La construcción de la estrategia ‘Bakardadea-K’ parte de un análisis en profundidad y del reconocimiento a todas las iniciativas que se han desarrollado por parte de diversos agentes del territorio. En concreto, se sustenta sobre tres pilares: por una parte, en la extensa base que ofrece el estudio Bakardadeak realizado por Matia Fundazioa en el marco del Programa de Ayudas Adinberri 2018; por otra parte, en una reflexión compartida por diversos agentes e impulsada por el Teléfono de la Esperanza; y, en tercer lugar, sobre proyectos e iniciativas impulsadas desde los ayuntamientos guipuzcoanos, y por los agentes del tercer sector (Nagusilan, Adinkide, Hurkoa, Cruz Roja, Cáritas, Afagi, Aubixa Fundazioa, etc.).

          Junto a Maite Peña y Rakel San Sebastian, ha tomado parte en la rueda de prensa Sara Marsillas, una de las investigadoras del estudio Bakardadeak. Marsillas ha expuesto las principales conclusiones que se extraen del estudio, y ha explicado que ofrece una foto de la multidimensionalidad y diversidad de la soledad en Gipuzkoa. Además de una revisión bibliográfica, un estudio cualitativo sobre las percepciones y motivos asociados a la soledad, y la evaluación del impacto de las intervenciones de acciones voluntarias, se ha realizado un estudio cuantitativo a una muestra de 2.050 personas mayores de 55 años, el cual muestra los perfiles de soledad existentes en Gipuzkoa.

          Por una parte, y tal y como lo ha explicado Marsillas, el estudio cualitativo revela que la pérdida, comprendida en un sentido amplio y genérico, es uno de los desencadenantes más comunes de la soledad, concluye también que la soledad no es un fenómeno estrictamente relacional, y también subraya que las personas que se sienten solas suelen tener dificultades a la hora de ordenar sus días a partir de actividades significativas, ya que no parece tan importante que el individuo haga cosas, sino qué cosas hace y si hace lo que le importa.

          Por otra parte, el estudio cuantitativo llevado a cabo con una muestra total de 2.050 personas en Gipuzkoa, contabiliza la prevalencia de la soledad percibida entre las personas de 55 y más en Gipuzkoa e indaga en los perfiles de soledad existente en el territorio. Así, y en cuanto a la parte más objetiva del estudio, los resultados reflejan que el 27,3% de personas mayores de 55 años viven en hogares unipersonales: el 72,4% está compuesto por mujeres y el 40% por personas de más de 80 años. En cuanto a las diferencias respecto al género, el 34,6% de las mujeres viven solas, el 32,5% en pareja y el 27,8% en hogares multigeneracionales; los hombres, sin embargo, aproximadamente el 50% viven en pareja y el 17,5% viven solos. Respecto a las franjas de edad, las personas de entre 55 y 64 años viven fundamentalmente en hogares multigeneracionales, las personas de entre 65 y 79 en pareja, y las personas mayores de 80 en hogares unipersonales.

          Al preguntar sobre el sentimiento de soledad, el 5,5% de las personas mayores de 55 años declaran sentirse solas, es decir, 15.000 personas en Gipuzkoa. Al analizar esa cifra por géneros, las mujeres dicen sentirse solas en un 7% y los hombres en un 3,7%. En cuanto a las franjas de edad, el 4% de las personas de entre 55 y 64 años se sienten solas, mientras que, entre las personas mayores de 80, esa cifra se sitúa en el 8,5%. Sin embargo, el estudio mide también la soledad indirecta o privada a través de la escala de Jong Gierveld, una escala en la que no aparece la palabra “solo/a”. Con esta escala, la soledad privada se cuantifica en un 29,5%. La disparidad entre la soledad declarada y privada viene causada principalmente por el estigma asociado a la soledad, ha explicado Sara Marsillas.

          El estudio concluye que las mujeres en todas las cohortes detentan una mayor prevalencia de soledad que los hombres, pero la soledad en edades avanzadas se observa de manera similar en mujeres y hombres. Además, se detalla que en las edades más avanzadas se produce con mayor frecuencia la confluencia de una serie de circunstancias que limitan o dificultan la gestión de la soledad, como las pérdidas de personas allegadas o las problemáticas de salud.

Por la tarde, a las 17:30 horas, se realizará un webinar bajo el título de ‘Hablemos de soledades: ¿A qué apunta la evidencia?’, donde se repasarán las principales reflexiones y hallazgos del estudio Bakardadeak, de la mano del equipo investigador que ha configurado el trabajo. La inscripción sigue abierta y se puede realizar a través de https://labur.eus/nDXoL.

  

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