La exposición Moving Pictures de Jaime de los Ríos, en la Ganbara de Koldo Mitxelena Kulturunea

Nacido en San Sebastián (1982) y fundador del laboratorio abierto de Arte y Ciencia ARTEK[Lab],  localizado en el centro de creación Arteleku. Su carrera se centra en la intersección de estas disciplinas y la Sistémica, en relación a los mecanismos, ritmos y patrones naturales.

Especialista en Software y Hardware Libre, en su trabajo hay entornos inmersivos así como obras dinámicas que relacionan el comportamiento natural con el computacional. En 2010 recibió el premio Artistas Noveles y en 2012 la beca de la Diputación de Gipúzkoa por sus instalaciones desarrolladas con nuevas tecnologías. En estos últimos años ha sido además director y coordinador técnico de Art-Futura, donde además de exponer, ha prestado apoyo a artistas de carácter internacional.

Moving Pictures. Jaime de los Ríos

«Cada acto de percepción es en cierto grado un acto de creación y cada acto de memoria es en cierto modo un acto de imaginación».Gerald M. Edelman

Siempre he trabajado en la esfera del lenguaje no semántico, soy un autor que procura liberar la forma más allá del significado y la tradición simbólica. Moving Pictures es la obra más extrema y a la vez más característica de mi última inquietud: conseguir a través del ejercicio de la contemplación una ventana a nuestra experiencia con el mundo y eximirnos de la imposición subjetivizadora que poseen las imágenes.

Moving Pictures es un sistema que asigna a la imagen el estatus de herramienta, de artefacto cultural. Se trata de un ejercicio donde rescato el concepto protoconstructivista de búsqueda de la verdad mediante la luz natural,  la explicación filosófica de cómo la razón, sin recurrir al auxilio de otros significados ni fundar sus argumentos en la autoridad atribuida a pensadores clásicos o a otros relatos, nos provee la posibilidad de buscar y hallar la verdad sin precisar otras luces que las propias: la libertad del pensar y del existir.  La idea de Descartes, profunda y olvidada, congenia con mi hacer frente a los tiempos actuales en los que la sociedad sufre una saturación visual y exceso de información, lo que requiere la singularidad propuesta.

Esta gran obra presenta un irónico devenir hacia grandes lienzos en la era de la reproductibilidad algorítmica, recordando obras cumbre de la expresión pictórica, trabajado desde una abstracción computacional autopoiética de solución  infinita, cuya materialidad procede de  un sistema que se expande, colapsa y  reequilibra. Su tránsito es una búsqueda constante, un proceso personal que comparto al visitante en estos cuadros en movimiento, lienzos en constante cambio. En ocasiones en la intimidad del observar coincido con la pincelada de  Monet y otras veces con la grandeza de Turner, pero incluso puntualmente encuentro la luz de Zobel. Es mi particular aventura hacia una gran pasión, la pintura. Os invito a una aproximación  psicoanalítica basada en el azar y los sueños, que navega en un enigma irracional, en el campo de la no mente y la imaginación.

Esta "segunda naturaleza", de materialidad digital,  se desarrolla ante nosotros como una capa casi inexplorada pero cotidiana y su generatividad es (o podría ser) una forma para que el arte lidie con este valiente mundo post-humano que nos sobreviene.

Para ello genero en este libro escultura el siguiente artefacto:

Tres dados, un juego de azar geométrico, primer ejercicio combinatorio y a su vez un objeto computacional, un sólido platónico que nos infiere cierto poder sobre las posibilidades combinatorias y nos sugiere e invita a construirlas y pensarlas. Tres instantes del infinito bidimensional de la pintura digital que al plegarse adquieren una tercera dimensión, sustituyendo esta vez al tiempo en el espacio expositivo.