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Día Mundial del Agua

Con motivo del Día Internacional del Agua se ha firmado una declaración en la Diputación de Gipuzkoa

21/03/2016

Con ocasión de celebrarse, el día 22 de marzo de 2016, el Día Mundial del Agua, José Ignacio Asensio Bazterra, Diputado Foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, Olatz Peon Ormazabal, Presidenta del Consorcio de Aguas de Gipuzkoa, Maije Zelaia Egiguren, Presidenta de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe y José Antonio Santano Clavero, Presidente de la Mancomunidad de Servicios de Txingudi, realizan la siguiente

DECLARACIÓN

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, celebrada en Río de Janeiro durante el mes de junio de 1992, propuso a la Asamblea General, la declaración de un Día Mundial del Agua.

Meses después, el 22 de diciembre de ese mismo año, la 93ª Asamblea General de las Naciones Unidas, decidió, declarar el día 22 de marzo de cada año, como Día Mundial del Agua.

Desde entonces, el Día Mundial del Agua destaca un aspecto específico relacionado con el agua dulce. Así, el tema de 2016 es “el Agua y el Empleo”, mientras que en 2015 fue el Desarrollo Sostenible y, el próximo año, la jornada abordará la cuestión de las aguas residuales.

En su resolución, las Naciones Unidas justificaron la Declaración en una triple realidad que traslada, perfectamente, los objetivos de la celebración del Día Mundial del Agua: destacar la contribución del agua al bienestar social y a la economía; denunciar que, en muchos lugares de la Tierra,  la escasez de agua limita el desarrollo humano y económico; y, manifestar que la concienciación, local, regional, nacional e internacional, es la clave para promover la conservación y ordenación sostenible del agua.

Al contrario de lo que podía suponerse, las tres consideraciones que motivaron la Declaración, no han perdido vigencia; y, hoy, como entonces, hay que seguir trasladando el conjunto de valores que se esconden en el interior de una gota de agua.

Conviene recordar que no hace demasiados años, a pesar del alto índice de pluviosidad de Gipuzkoa, los problemas de abastecimiento y los cortes de agua, durante el estío, eran una constante, y nuestros ríos encauzaban hacia el mar las aguas residuales de nuestros hogares e industrias, sin ningún tipo de depuración.

Los esfuerzos realizados desde los años 80 hasta la actualidad, han llevado a que Gipuzkoa, se encuentre en un puesto elevado del ranking de las infraestructuras hidráulicas. El salto dado en los últimos 30 años, ha sido posible por la visión estratégica compartida por los sucesivos gobiernos forales y municipales del Territorio, que no sólo ha conducido a unas inversiones sostenidas en el tiempo, sino a que, al haber tomado la dirección correcta, se pudo afrontar las construcción de unas infraestructuras para las que era necesario el concurso de todas las instituciones, desde la Unión Europea hasta el más pequeño de los municipios guipuzcoanos.

Hoy, podemos decir que, a falta de algunas obras puntuales, aunque relevantes, en puntos críticos de varios ríos para, en caso de lluvias torrenciales,  mejorar la seguridad de personas y bienes, la construcción de grandes infraestructuras hidráulicas está terminada o casi terminada

El sistema guipuzcoano de abastecimiento y saneamiento de agua se asienta en la existencia de tres entes constituidos por los ayuntamientos guipuzcoanos, para realizar una gestión mancomunada de los recursos hídricos. Las mancomunidades de Añarbe y Txingudi, junto con el Consorcio de Aguas de Gipuzkoa, en el que participa la Diputación gestionan,9 embalses, 12 pozos de acceso a aguas subterráneas, 17 depuradoras, 9 estaciones de tratamientos de aguas residuales y miles de kilómetros de tuberías y colectores.

Para alcanzar este nivel de infraestructuras hidráulicas el esfuerzo inversor de las instituciones guipuzcoanas, vascas, estatales y europeas, en los últimos 30 años, ha ascendido a más de 1.200 millones de euros.

La situación de privilegio respecto a otros puntos del planeta, lejos de llevarnos a la complacencia, debe redoblar el compromiso guipuzcoano hacia los valores que el agua representa y hacia la solidaridad con los 900 millones de personas que no tienen garantizado el acceso a agua potable y los 2.600 que carecen de saneamiento seguro, lo que lleva a que millones de niñas en todo el mundo no acudan a la escuela porque han de encargarse de proveer de agua a sus hogares y a que un millón y medio de niños y niñas mueran, cada año, a causa de enfermedades causadas por aguas no potables y contaminadas.

A ello, se une un uso del agua que a menudo quiebra, de forma irreversible,  la salud de muchos ecosistemas acuáticos del planeta.

Estos, son hechos que nos han de hacer reflexionar e implicarnos, en una tarea que atañe a toda la humanidad.

El lema del Día Mundial del Agua de este año es “el Agua y el Empleo”. Y, es que el agua, no sólo es generadora de un gran número de puestos de trabajo directos, sino que otros muchos no podrían existir sin ella.

La historia y el desarrollo industrial de Gipuzkoa están directamente ligados al agua ya los ríos. Las viejas ferrerías fueron las precursoras de un saber hacer guipuzcoano que ha llegado hasta nuestros días.

En Gipuzkoa, más que en ningún otro lugar, sabemos lo fundamental que es el agua para el empleo y, también, conocemos que  es de justicia para las generaciones futuras y para la propia naturaleza, terminar de restaurar y devolver a su estado primitivo lo que en su momento se utilizó, con criterios muy diferentes a los actuales, para alcanzar el grado de desarrollo que tiene nuestro Territorio.

En definitiva, en el Día Mundial del Agua, nuestro compromiso es: avanzar en la gestión integral del agua, para recuperar totalmente los ecosistemas acuáticos; realizar una gestión racional del agua y animar a realizarla a todos y cada uno de sus consumidores finales; difundir, fundamentalmente entre los niños y los jóvenes, la conciencia cívica y los valores asociados al agua; trasladar a los responsables de cooperación de los Ayuntamientos y de la Diputación Foral, la conveniencia de apoyar proyectos y programas que mejoren las condiciones de suministro y saneamiento del agua, en los países más desfavorecidos; y, organizar una jornada anual de puertas abiertas, en embalses, depuradores y estaciones de tratamiento de aguas residuales, como medio de sensibilizar y de acercar a la ciudadanía a unas infraestructuras construidas y mantenidas con el esfuerzo de todos y el trabajo de los profesionales.

  

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