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Un impulso a la sostenibilidad, la creatividad y la investigación de materiales desechados

BIRSORTU abastecerá de objetos residuales muy diversos a los centros escolares de Gipuzkoa.

24/11/2020

José Ignacio Asensio: “Este proyecto es un ejemplo de colaboración, transformando los residuos en una oportunidad. Gracias a esta iniciativa, se fomenta la economía circular, a través de la reutilización y del reciclaje; convirtiéndose en un eje de aprendizaje, emprendimiento y creatividad”.

Javier Pradini: “La economía circular llega a los centros escolares con este proyecto como algo natural. Los descartes de productos se convierten en el material con el que trabajan de manera cotidiana y a la par de incrementar la creatividad,  incorporan los conceptos de reutilización y conocimiento del entorno empresarial”.

El Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa colabora en la creación del espacio BIRSORTU Donostialdea, iniciativa de la Fundación Social Emaús y de Hik Hasi. Mediante este proyecto, se pretenden fomentar el consumo responsable y la economía circular, tanto en los colegios como en las empresas del Territorio. Se trata de un proyecto cultural para fomentar la economía circular, la creatividad y la investigación con materiales desechados a través de la innovación pedagógica.

Para ello, el espacio BIRSORTU abastecerá de objetos residuales muy diversos a los centros escolares de Gipuzkoa, para que a partir de la reutilización reflexionen, pregunten, investiguen y amplíen su mirada acerca del significado de la recogida de residuos, la reducción del consumo y la economía local. El espacio BIRSORTU se ubicará en la Faktory de Emaús en San Sebastián y también dispondrá de otra instalación en el EkoCenter de Arrasate. A lo largo de todo el proyecto, se pretende ampliar tanto la red de colaboración con diversas empresas, como el material a ofrecer a los colegios de la comarca.

Los materiales de este proyecto proceden del descarte de diversas empresas de Gipuzkoa. De manera indirecta, los materiales promueven la idea de que lo imperfecto contiene un gran mensaje ético, capaz de remover y promover reflexiones, que acaben siendo una fuente educacional, evitando la definición de poco útil o basura.

A este respecto, el diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, ha señalado que “este proyecto es un ejemplo de colaboración, transformando los residuos en una oportunidad. Gracias a esta iniciativa, se fomenta la economía circular, a través de la reutilización y del reciclaje; convirtiéndose en un eje de aprendizaje, emprendimiento y creatividad”.

Por su parte, el director de la Fundación Social Emaús, Javier Pradini, ha destacado la importancia de que la economía circular llegue a los centros escolares gracias a este proyecto y como algo natural, “los descartes de productos se convierten en el material con el que trabajan de manera cotidiana y a la par de incrementar la creatividad,  incorporan los conceptos de reutilización y conocimiento del entorno empresarial”.

La iniciativa ha sido posible por tanto, gracias a la participación voluntaria del tejido empresarial de Gipuzkoa, con la colaboración de empresas tales como Adegi, Ekotrade, Eskuz, Ezarri, Gabiltza, Grupo One, H-Enea, Irizar, JMA, Kromosoma, Merkabugati, Paneflix, Ternua, Twin&Chic y Eko-REC. Estas empresas han ofrecido material desechado tan variado como redes, tubos, moqueta, poliespán, palets, baldosas de piscina, material informático electrónico, papel y cartón, cuero, algodón orgánico, madera o botones y cremalleras.

BIRSORTU nace de la colaboración entre Hik Hasi y Emaús Fundación Social y tiene su origen en una prueba piloto llevado a cabo durante el curso escolar 2018-2019 en 13 centros educativos de todo Euskadi, gracias al apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo.

Esta singular iniciativa se inspira en el programa nacido en la localidad italiana Reggio Emilia y es conocido de manera internacional como REMIDA. BIRSORTU, promueve la cultura de la reutilización y del reciclaje creativo y defiende que los desechos son potenciales portadores de belleza, capaces de por sí mismos, de estimular la reflexión y ofrecer recursos a la educación.

El concepto REMIDA pone en diálogo la creatividad y la sostenibilidad. Permite acercar materiales industriales descartados, muy poco frecuentes en los centros educativos, pero que, sin embargo, pertenecen a su hábitat productivo más cercano, explorando nuevas formas y experiencias que por sí mismas adquieren sentido de responsabilidad social y ambiental.

  

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