Anclas

Los Odriozola de Mutriku elaboraban anclas de hierro de diversos pesos y tamaños para uso de las embarcaciones de pesca locales. El tipo de ancla fabricado consistía básicamente en un eje central de uno de cuyos extremos salían cuatro patas o uñas con sus extremos aplanados y puntiagudos.

Para elaborar un ancla forjada partían de una barra cilindrica que una vez calentada en la fragua con carbón mineral, hasta la temperatura necesaria, era golpeada entre una o dos personas sobre el yunque con las porras, adelgazándola por uno de sus extremos y alargándola ligeramente. A continuación y una vez calentada de nuevo, se hacía en el extremo más delgado un orificio por el que posteriormente se pasaría la anilla donde atar la cuerda que la uniría a la embarcación. Para ello colocaban la barra sobre el yunque y posicionando sobre ella el extremo de un puntero lo golpeaban fuertemente con el mazo. La herramienta se iba introduciendo en la barra abriéndose paso entre el material y perforándolo, hasta atravesarlo dejando un orificio que a continuación se agrandaba y redondeaba también a golpes.

Seguidamente, elaboraba lo que iban a ser cada una de las cuatro patas o uñas. Para ello partía de una barra de hierro más dedada que la del eje central y una vez cortada a la medida conveniente la calentaban en la fragua hasta tenerla al rojo vivo. A continuación la colocaba sobre el yunque y a golpes de martillo adelgazaba uno de sus extremos dándole forma puntiaguda para seguidamente aplastar el mismo extremo dejándolo en forma de punta de lanza.

Obtenidas las cuatro piezas iguales pasaba a soldarlas al eje principal, operación que efectuaba a base de colocarlas una encima de la otra con tenazas, y golpearlas con la porra o mazo de forma continua y rápida, hasta conseguir su unión por soldadura. Esta operación debía ejecutarse con mucho cuidado, justo a la temperatura adecuada, evitando que el material se oxidara superficialmente, lo que dificultaría su soldadura. Una vez conseguida la perfecta unión del eje y las cuatro uñas, procedía a curvarlas, lo que conseguía calentando de nuevo en la fragua, y una vez de nuevo a la temperatura de forja golpeando cada una de las uñas sobre el extremo cónico del yunque hasta darles la curvatura deseada.

Finalmente elaboraba también a golpes y al rojo, sobre el yunque, un anillo, partiendo de un trozo de barra y lo colocaba en el orificio del extremo superior, operación con la que quedaba finalizado el proceso de fabricación del ancla forjada.

AstilleroAstillero de Pedro Manuel en 1.918, para el que trabajaron los Odriozola durante generaciones. Del libro Mutrikuko Argazkiak.