El artesano

Karlos Irazu Muñoa nació en Larraul Gipuzkoa en 1970, cursando los estudios básicos en su población natal y Asteasu para entre 1984/88 obtener la titulación de maestro industrial en los Salesianos de Urnieta y Lasalle de Andoain. Su afición a la pintura al óleo le lleva a realizar cursillos en Tolosa. Trabaja como cocinero en diversos lugares (Zarauz, Mugiro, Hernani) y en la Exposición Universal celebrada en Sevilla en 1992. Se integra en una ONG con la que trabaja como cooperante en Cuzco (Perú) y Cochabamba (Bolivia) durante un año, seis meses en cada lugar.

Obtuvo algún premio en certámenes de pintura y su afición de siempre a trabajar la madera le llevó en 1996 a establecerse por su cuenta en el distintivo de Betiaurte eskultura-pintura.

Karlos Irazu en su taller. Al fondo algunas de las herramientas utilizadas. (Fotografía: C. U.).

Los productos elaborados

La gran variedad de artículos que elabora Karlos Irazu podrían clasificarse en esculturas, decorativos y un tercer grupo que sin dejar de servir de adorno son funcionales.

En el primer grupo pueden incluirse diversos torsos femeninos de hasta 1,3 metros de altura u originales alegorías del golf pero sobre todo hasta nueve imaginativas esculturas que tratan de reflejar algunos aspectos de la capital donostiarra pensando en San Sebastián capital cultural europea el 2016 y que tratan de representar entre otras la música, la gastronomía, las regatas, el cine, la tamborrada, el surf o la Feria de Santo Tomás. Karlos Irazu es un gran experto en transformar diversos productos que ofrece la naturaleza (raíces, ramas, base de troncos, entre otras) en singulares artículos decorativos. En este segundo grupo tendríamos que incluir flores del sol, pesagueros de varias formas y diversos tamaños, yugos de varias medidas y fines ornamentales y en general aprovechando las formas de la madera el artesano crea objetos decorativos a alguno de los cuales les coloca bases de ladrillo. En el tercer grupo puede incluirse asientos, armarios y cajas. También elabora siempre transformando la madera, entre otros, hongos con su cabeza pintada de varios tamaños, caracoles y marmitas.

Algunos de los productos elaborados por Karlos Irazu. (Fotografía: C. U.).