Condiciones de trabajo

El oficio de bastero ha sido, en gran medida, una actividad complementaria de otras agrícolas y ganaderas, lo que se acentuó a medida que avanzaba el siglo XX y fue cayendo, hasta desaparecer, su demanda.

Los bastes se fabricaban siempre por encargo, dependiendo su calidad, en buena medida, de su adaptación al animal, de forma que al transportar cargas no le produgeran daño alguno. Su deterioro se aceleraba si se mojaba, pues acababa pudriéndose.

La elaboración de un baste requiere, a un artesano hábil, unas diez horas y llega a durar hasta una década. Su peso, "cuanto más ligero mejor", ronda los diez kilogramos y el precio en 1995 era de unas 12.000 ó 13.000 pesetas/unidad, habiendo guardado tradicionalmente relación con el de "una oveja adulta sana". Era habitual su revisión al alza cada dos años.

Los basteros veteranos guardan un buen recuerdo de su oficio, que les permitió obtener recursos económicos y relacionarse con los demandantes de estos bienes. Como otros artesanos, realizaban su trabajo en las jornadas y los horarios que estimaban más convenientes lo que, visto desde nuestros días, no deja de resultar de gran interés.

 

Bibliografía

  • Euskal esku-langintza. Artesanía Vasca. Juan Garmendia Larrañaga. Editorial Auñamendi Argitaldaria. San Sebastián 1975.