Cañon

Es la parte más importante de la pistola y de la correcta fabricación de su interior, depende la dirección del proyectil, así como la calidad del arma, sobre todo en las que van a ser destinadas a tiro deportivo.

Habitualmente se parte de acero de alta calidad 24 mm. de diámetro, cortándolo en sierra a las medidas deseadas. Esta pieza cilíndrica se sujeta entre puntos en un torno revólver, para por medio de la broca proceder a su barrenado. Se continua puliendo su interior utilizando la herramienta adecuada, un escariador, hasta lograr las medidas deseadas según modelos para “sacar las estrías interiores” mediante brochas empleando una brochadora hasta lograr la calidad requerida, lo que se determina, utilizando medidores específicos y “a ojo”.

Se continúa sujetando la pieza entre puntos en un torno para “sacar la rosca” de la parte posterior para la colocación en el proceso de montaje del “culatín”. La siguiente operación “sacar cola de milano para el alza del punto de mira” se lleva a cabo en una fresadora. Esta última pieza se compra en el comercio y se coloca (“meter” en la profesión), posteriormente. Continúa el proceso soldando el cañón “el chatón” pieza que se adquiere en el mercado y que sirve para la sujeción de la culata.

A continuación se procede a “sacar las caras” es decir transformar el cañón cilíndrico en octogonal lo que se lleva a cabo en una fresadora utilizando una colocación específica. En caso de que el arma deba llevar baqueta para la antecarga, se atornilla un soporte al cañón en para su sujeción. Finalmente se pule el conjunto en una pulidora antes del pavonado que se lleva a cabo por terceros.