De los correo a pie hasta los carteros

Aunque los correos mejoraron notablemente con el transcurso de los años, avanzado el siglo XVI se enfrentaban a difíciles problemas como la seguridad. Eduardo Verdegay (1) citando a Suárez de Figueroa manifiesta "El oficio de los mensajeros es correr la posta á caballo, cuando no caminar á pie, llevando cartas, pliegos, escrituras, dineros y cosas así, sirviendo á Príncipes, señores, caballeros y mercaderes. Padecen intolerables fatigas en los viajes, corriendo peligros de bandoleros, de ladrones, de ríos, de puentes rotos, de fortunas, de atolladeros, de calores, de hielos, nieves y vientos, sin otras mil adversidades que les impiden muchas veces los viajes, con quiebra de los mercaderes y con expresa ruina de los que esperan avisos y resoluciones de importancia."

Como reflejo de esta situación hay que recordar que las noticias sobre el desenlace de la batalla de Lepanto (07/10/1571) tardaron veinte días en llegar a Madrid.

El sistema retributivo del siglo XVI, establecía que "Los Correos de a pie, que sirven los viages, que llaman á las veinte (y bien en tendido se obligan á andar veinte leguas cada veinte y cuatro horas) cumpliendo con el encargo se les ha de pagar a cuatro reales de vellon por legua.

Y si es el viage yente para restituirse al parage de donde fue despachado, se les ha de dar á real de vellon por legua, pero siendo yente y viniente se han de regular las leguas de ida, y buelta a los espresados cuatro reales de vellon". Al propio tiempo se estipulaba que "en los viajes de quince leguas se ha de pagar a tres reales y en los de doce, a real y medio."

La ordenanza General de Correos, Postas, Caminos y demás ramos de 1794 ya se ocupa de manera pormenorizada de los carteros estableciendo entre otras numerosas disposiciones las reglas para su nombramiento y eventual despido, así como el régimen disciplinario. Tenían la obligación de presentarse "en los oficios los días y horas en que suelen llegar los Correos, ó se les señale por los respectivos Administradores; pero no entrarán en el despacho hasta que se les llame para entregarles las cartas que les corresponde llevar". Se establecía que "para la más fácil y pronta distribución de cartas se dividirá por los administradores la población en quarteles ó barrios y los adjudicarán a cada uno de los carteros procurando que cada uno viva en el que le hubieran señalado."

La retribución se determinaba de forma que "Por cada carta ó pliego que lleven los Carteros desde los Oficios á las casas de los interesados, les permito cobren un quarto ademas de los señalados en el sobre, y otro quarto por cada una de las que reciban y conduzcan desde sus puestos al Correo, sin exceder de esta quota, que les señalo por premio de su trabajo."

El servicio público de Correos ha sido tradicionalmente una actividad muy reglamentada y dentro de la misma se especificaban las tareas de los carteros llamados en el Reglamento de 5 de julio de 1852 "auxiliares secundarios para la repartición de la correspondencia", declarándose "que iban siendo cada vez más numerosos en los grandes centros de población" formando la Corporación de Carteros (luego extendida a cada Administración) cuyo número y clase así como los funcionarios y haberes se detallaban minuciosamente.

Reales diarios
Años de servicio Carteros mayores Carteros primeros Carteros segundos Ayudantes primeros Ayudantes segundos
De 10 á 14 8 6 5 4 3
De 14 á 18 10 8 6 5 4
De 18 á 20 12 10 7 6 5
De 20 en adelante 14 12 9 7 6

Los cambios en la normativa del monopolio son constantes para adaptarse a los avances como el precio uniforme y pago previo mediante sellos de correos (desde el inicio de 1850), o más tarde el desarrollo de los medios de transporte como la red básica de ferrocarriles en el último tercio del siglo XIX, que sustituyó a los sistemas tradicionales del correo en los lugares a los que llegaba, creándose la figura del cartero ambulante. A pesar de todo ello y del importante avance de las carreteras en 1920 funcionaban 108 conducciones a caballo y 3533 a pie, recorriendo estos últimos cerca de 85.000 kilómetros diarios, una media de 25 km. A partir de 1887 se puso en marcha el correo marítimo y en 1920 el aéreo.

El servicio público de correos va dando respuesta a las nuevas y variadas necesidades y a principios del siglo XX aparecen en las grandes poblaciones "los carteros lectores”, dedicados especialmente á leer las direcciones para facilitar la distribución de la correspondencia ya que "hay que entregarla en el domicilio del destinatario a este o adultos de su familia o servicio".

Los sueldos de los carteros de primera eran de cuatro pesetas diarias tres los de segunda y dos con cincuenta para los buzoneros. Estos haberes se pagaban con los derechos de distribución (0.05 pesetas por carta) y en la época los carteros no forman parte del Cuerpo de correos, creado en 1989, pues no tenían la categoría de funcionarios. A su vez ganaban entidad los Carteros rurales, encargados de recoger (para lo que tendrán buzón en su domicilio), recibir y distribuir la correspondencia en los pueblos asignados, y los peatones que ejercen tareas similares en lugares de menor entidad.

Dibujos de Yulen ZabaletaDibujos de Yulen Zabaleta sobre la evolución de los sistemas de correo.

 

(1) Historia del Correo desde los orígenes hasta nuestros días. Eduardo Vordegay y Fiscowich. Madrid 1894.