La filigrana

Los fabricantes de papel desde el siglo XIII, aplican a sus producciones, marcas y contraseñas, conocidas como filigranas que les permiten diferenciarse de otros artesanos.

La filigrana pasa a formar parte del papel durante su proceso de fabricación, mediante su incorporación en relieve al molde de forma que cuando éste recoge la pasta que formará la hoja, ésta resulta de un espesor uniforme, salvo en la parte de la marca, que recibe una menor cantidad de pasta. Al quedar los trazos más trasparentes, reproducen en el papel los atributos, letras y números que componen la filigrana, perceptibles a trasluz como en los negativos fotográficos, por lo cual se les designa también marcas de agua.

Aunque existen diversos sistemas para imitar las filigranas, únicamente se consideran marca de agua, las obtenidas por el sistema tradicional. El estudio retrospectivo de las filigranas es de gran interés y utilidad, para comprobar y distinguir los documentos apócrifos y los que sean copias antiguas que en ocasiones son fáciles de confundir con las piezas auténticas.

 

Nuestro agradecimiento a Cit-Zumardi de Tolosa por las informaciones que nos han facilitado en parte realizadas por la Asociación Hispánica de Historiadores del Papel (A.H.H.P.).