Luthiers

Los instrumentos que integran el cuarteto clásico de cuerda (violín, viola, violoncelo y contrabajo), poseen grandes cualidades musicales, siendo los únicos que como la voz humana tienen la posibilidad de hacer variar al infinito la altura de los sonidos, así como prolongarlos indefinidamente (lo que también es factible en el órgano). Pero es en el primero donde alcanzan su mayor intensidad, lo que hace que sea considerado como el más importante de la orquesta.

Las características de diversos artefactos del pasado han llevado a los musicólogos a considerarlos como antecedentes del violín, siendo los actuales el resultado de una lenta evolución, si bien su invención ha sido objeto de grandes controversias, todavía no resueltas, sobre todo entre alemanes e italianos empeñados en atribuirse la creación, sin que se pueda precisar una fecha exacta aunque generalmente se admite que su aparición ocurrió entre 1.520 y 1.530.

La lutheria o arte de construir instrumentos de cuerda en general y específicamente violines, se extendió por casi todo el mundo, pero es desde el Siglo XVII cuando, los artesanos especializados, tuvieron estatutos propios y expertos como Gasparo da Salo, los Amati, los Guarneri y sobre todo Antonio Stradivari el líder indiscutible de la célebre escuela de Cremona, lograron grados insuperables de perfección.

En España la actividad de los luthiers (violeros en castellano antiguo hoy en desuso), nunca tuvo la importancia de los italianos o alemanes, ni en general con la de los artesanos de Europa Central, a pesar de su destacada especialización en la construcción, entre otros instrumentos de laúdes, vihuelas de mano y guitarras. En el País Vasco tampoco han sido comparativamente destacables los logros de los escasos trabajadores especializados en esta actividad.

violínPartes fundamentales del violín.