Maestros relojeros

El tiempo ha sido entendido de muy diversas maneras a lo largo de la historia, e incluso en cada época, definiéndolo la Real Academia Española como “la duración de las cosas sujetas a mudanza”. Para su medición el hombre utiliza como referencia los movimientos de la tierra en el espacio (siendo el día un giro sobre su eje y el año una vuelta en su órbita alrededor del sol), habiendo ideado diversos mecanismos para su determinación precisa y tras una lenta pero constante evolución llegar a los complejos relojes actuales.

 Las primeras percepciones que tuvo el hombre sobre la duración del tiempo debieron estar ligadas, a la sucesión del día y la noche, así como a las diversas fases de la luna y las diferentes las estaciones. Gracias a sus observaciones astronómicas hacia el año 3500 a.d.C. los egipcios establecieron un calendario con las diferentes estaciones que les servía de referencia en sus labores agrícolas. El tiempo transcurrido desde el amanecer hasta el anochecer se dividía siempre en el mismo número de horas, lo que hacía que la duración de cada uno de ellos fuera distinta según la época del año.

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El primer reloj utilizado fue el de sombra, inventado por los egipcios hacia el año 1500 a. C., en el que la hora quedaba indicada por la línea de sombra que proyectaba un vástago metálico sobre una escala graduada, del que se disponían los necesarios para las distintas épocas del año. Por las mismas fechas se utilizó la clepsira o reloj de agua, (que medía el tiempo en función del llenado de un recipiente), así como los de arena y los de sol, llamados también cuadrantes o piedras horarias.

Los relojes mecánicos son mucho más recientes, siendo los primeros del siglo XIII. Su medición del tiempo era casi orientativa y sólo daban golpes de campana y no disponían de esfera o cuadrante con manecillas, innovación que según algunos autores surgió en el siglo XVI.

De entre los muchos tipos de relojes, los maestros artesanos de nuestro entorno han destacado en la fabricación de dos: los de sol y los mecánicos o de ruedas.

El reloj ha desempeñado tradicionalmente un papel muy importante en casi todas las actividades. Ya en las Juntas Generales de Gipuzkoa, celebradas en Rentería (15/25 Abril de 1553), se plantearon problemas por la ausencia o retrasos de los procuradores a la hora señalada (las ocho de la mañana) “porque algunas bezes suele andar el relox herrado”.