Herramientas esenciales son las manos del artesano.
Las manos son la parte más flexible del cuerpo humano con las que realizamos infinidad de movimientos que nos permiten atender nuestras necesidades físicas esenciales, modificar el mundo que nos rodea y expresarnos artísticamente. Su desarrollo ha sido parejo al del hombre, llesándose a creer que de su estudio puede conocerse a las personas.
En el trabajo del artesano las manos desempeñan una función fundamental pues con la ayuda de herramientas, que en muchos casos han sido construidas por él mismo, fabrica infinidad de objetos útiles para atender sus necesidades, así como las de sus semejantes, siendo la aportación de las máquinas necesariamente reducida. En la medida en que la participación de estos ingenios sea mayor se pierde el carácter artesano de la actividad.
Esta circunstancia hace que en estos oficios el aprendizaje sea comparativamente lento al ser totalmente necesaria la experiencia, es decir lo que se aprende con la práctica único procedimiento que permite primero conocer y luego dominar las particularidades de cada trabajo.
La gran diversidad de oficios artesanos y sus muy distintos requerimientos físicos se reflejan en las manos de estos trabajadores.
En el caso de la fabricación del pan destaca la delicadeza con que la artesana (habitualmente esta tarea la realizan mujeres), con sus manos consigue la mezcla de harina, sal y levadura, utilizando agua caliente. Todavía es más cuidadosa la operación de cortar esta masa con cuchillo para formar los panes, pues el tahonero tradicional conoce y respeta el fuerte simbolismo religioso de este alimento.
En los oficios industriales es posiblemente donde las manos de los artesanos son más diferentes desde las muy sensibles de los maestros organeros o de los troquelistas hasta las de los herreros cuyas tareas exigen mucha mayor utilización de la fuerza física.
En los maestros organeros que deben realizar delicados trabajos como el afinado, las manos desempeñan un papel esencial. Verlos trabajar en las diversas tareas que llevan a cabo (sobre la madera, tubos, el teclado) resulta cuando menos sorprendente.
Algo del mismo tenor ocurre con los troquelistas que utilizando en muchos casos pequeñas herramientas, logran construir elementos de gran precisión que se van a utilizar en la fabricación de piezas que luego forman parte de los automóviles, lavadoras, etc. Los dedos sensibles y experimentados de estos trabajadores son quizás uno de los ejemplos más ilustrativos de la capacidad de los artesanos.
Los herreros tradicionales constituyen la expresión más clara de la artesanía especializada en el manejo y la transformación del hierro. Su gran conocimiento de los materiales que utilizan y de las condiciones para su modificación, unida a su extraordinaria capacidad manual les permite fabricar una gran variedad de objetos necesarios, que se han ido adaptando a la demanda de cada época, desde las rejas que protegen y realzan nuestras iglesias y mansiones, hasta útiles y herramientas. Las manos de los herreros endurecidas por la dureza de las tareas que realizan, casi siempre sobre el yunque, representan fielmente la actividad de estos trabajadores.
El oficio de artesano influye decisivamente en los comportamientos de este colectivo, convirtiéndolos en hombres dialogantes ajenos a las prisas que impone la industrialización. Buenas personas. El gran reto es lograr que su continuidad sea posible adaptándose a un mundo cambiante, sin perder sus características esenciales.