El proceso

En un notable libro se recuerda que en el pasado los hombres, posiblemente destrozaban los habitáculos de las abejas para obtener la miel para con el transcurso del tiempo mejorar las técnicas como ha ocurrido en todas las actividades tradicionales.

Actualmente los apicultores desarrollan su trabajo en espacios naturales con abundante vegetación y flores que en primavera / verano atraen a las abejas por sus vistosos colores y una gota de néctar de reclamo. En el libro de Martxel Aizpurua al que nos hemos referido anteriormente se manifiesta cuando la abeja llega a la flor y anda queriendo chupar el jugo, los granos de polen de la flor (la parte masculina) se le pegan a los pelos de su cuerpo y al mismo tiempo deja en la parte femenina de esa flor los que se le adhirieron en la anterior. Así, la abeja que anda en busca de néctar fecunda entre sí a las flores.

Este mismo documento nos informa que cuando las abejas regresan a la colmena a entregar lo que han recogido a una joven y ésta, a su vez, a otra hasta llegar a la celda en la que se va a almacenar.

Nos informa Eugenio que las abejas obtienen la cera de unas glándulas que poseen debajo de su cuerpo siendo su producción mucho mayor en verano con 24 / 25º de temperatura.

Es obligado recordar que los panales de los que se obtienen la cera y la miel pueden provenir de abejas silvestres que se encuentran habitualmente en las hendiduras de los árboles o en las grietas de las rocas o la que se lleva a cabo en colmenas artificiales que controla el apicultor. En el primer caso para poder trabajar con libertad se procede a obligar a las abejas a salir de su habitáculo para lo que tradicionalmente se ha utilizado el humo. El conocimiento y la experiencia del apicultor resultan fundamentales para retirar los productos buscados sin perjudicar la colmena. Estos artesanos utilizan herramientas creadas para extraer los productos deseados y se visten con trajes y caretas especiales para evitar sus picaduras.

EnjambreLas abejas construyen enjambres casi perfectos. (Fotografía: Javier Carballo).