Pasajes

En Pasajes (como Bilbao) debido a sus características especiales por ser un puerto de rada interior abrigada a la que se accede por un estrecho canal, no se ha producido todavía ese desplazamiento del puerto hacia el mar. El puerto ha ido progresando aprovechando sus espacios interiores al máximo con nuevos muelles e instalaciones hasta llegar al límite. Poco a poco el anillo urbano que ha ido creciendo alrededor del puerto va estrangulando la actividad portuaria, contándose con poca superficie de depósito, por lo que existe ya un proyecto de puerto exterior.

Pese a esas dificultades Pasajes ha sido y es un puerto con notable demanda, principalmente por contar con muy buenas conexiones tanto por ferrocarril como por carretera y por la eficacia de sus servicios, especialmente los de estiba, lo que hace que los buques y mercancías se despachen con celeridad y un alto rendimiento en el movimiento de cargas.

Continuando en la referencia a los años sesenta y setenta, dichas circunstancias operativas y la creación de numerosas compañías, con líneas entre puertos del Norte de España y los del Norte de Europa, facilitó que muchos buques de cabotaje internacional hicieran escala en Pasajes.

Las operaciones con carga general (bocoyes de vino, conservas en cajas, bidones de resina, productos ensacados y paletizados, etc.) fueron en aumento y con ello la especialización de los estibadores. Estos procedían generalmente de los caseríos y centros urbanos que rodeaban la bahía de Pasajes que en la contratación diaria formaban equipos habituales diestros y compenetrados, cuya labor artesanal era altamente considerada y reconocida en los muelles europeos de descarga.

Vagón con troncosVagón con troncos traccionado por bueyes (puerto de Pasajes).

BueyesLos bueyes también se utilizaban para arrastrar vagones de tren.

A comienzos de los años sesenta del siglo XX al iniciarse el tráfico de fruta se fue conformando una nueva situación que posteriormente tuvo mucho que ver en el devenir del puerto y en el trabajo de los estibadores. Por esa razón la historia de la carga de fruta en Pasajes merece algún comentario.

Todo comenzó con los cítricos que tradicionalmente se transportaban en barco desde Levante hacia el Norte de Europa debiendo bordear la península. Varios operadores guipuzcoanos del puerto pensaron que había una forma más rápida de transporte mediante el traslado en camión, en algunos casos por ferrocarril, hasta Pasajes y desde allí por mar hacia los puertos europeos. Se ofertaba esta opción a los exportadores de Valencia y Murcia, aprovechando las nuevas líneas de cabotaje europeo con posibilidad de escala en Pasajes.

Tras el éxito de las pruebas, se inició una exportación masiva de cítricos. Esta forma de operar se extendió también a productos y zonas que tenían sus campañas concretas: la castaña de Huelva, la cebolla de Zaragoza, la granada, entre otras.

Se abrió así una forma de transporte intermodal para la fruta, con corredores marítimos, especialmente entre Pasajes y Gran Bretaña y también a algunos puertos continentales. Hoy en día aspectos operativos de este tipo (intermodalidad, autopistas marítimas, SSS o Short Sea Shipping, etc.) se están teniendo muy en cuenta para el diseño de políticas de transporte en el conjunto de la Unión Europea.

EstibadoresEstibadores del puerto de Pasajes arrastrando vagones de ferrocarril.(Archivo Puerto de Pasajes).

Estibadores

Esta etapa significó un gran esfuerzo para los estibadores de Pasajes, que debían cargar a mano las cajas de naranjas, sacos de cobollas o castañas, hasta completar las bodegas de los barcos, en una actividad frenética y de gran dedicación, con largas jornadas continuadas, que a veces comenzaban a las cinco de la mañana y finalizaban a medianoche.

Entre otras circunstancias, las dificultades para contar aceleradamente con más plantillas y estibadores adecuadamente preparados y el desgaste acumulado por los trabajadores y empresarios condujeron en 1966 a una prolongada huelga de aproximadamente un mes, que marcó el comienzo del declive de aquella brillante etapa de tráfico de fruta.

Poco a poco estos tráficos se fueron diversificando por la oferta de otros puertos de carga como Bilbao y Santander. Por otro lado la carretera y el ferrocarril fueron mejorando sus condiciones para el transporte directo, con lo que se reducían el tiempo de viaje y la manipulación de la mercancía, mientras se mejoraba la conservación por medio de la refrigeración. Con ellos durante los años sesenta del siglo XX dichos tráficos fueron desapareciendo.