Perratzailleak

Los animales han sido tradicionalmente utilizados por el hombre en el trabajo y los desplazamientos, para lo que ha sido necesaria la protección del casco en los solípedos (caballo, asno o mulo) y de la pezuña de los bueyes o las vacas, a fin de evitar o paliar su desgaste. Con esta finalidad han sido diversos los medios usados, siendo el más importante la herradura "perra" que debidamente sujeta a los pies y manos trata de mantenerlas en buenas condiciones.

En nuestro país se han encargado de realizar esta operación los herreros especializados "perratzailleak", que además en algunos casos eran fabricantes de las herraduras. Su número se ha reducido fuertemente durante los últimos años como consecuencia de la caída de la demanda, debido sobre todo a la mecanización de las tareas agrícolas siendo los propietarios de los bueyes que compiten en el arrastre de piedra, uno de los pocos solicitantes actuales de sus servicios. No es pues de extrañar que los profesionales que hoy ejercen el oficio sean únicamente personas mayores, que lo aprendieron en su juventud y que con ellos desaparecerá la antaño popular figura del "perratzaille".

PerratzailleakSujeción del animal a la instalación de herrar. (Foto Javier Carballo).

Esta profesión requiere también ciertos conocimientos preventivos y curativos de determinadas enfermedades de los animales y de la gran importancia de realizarla adecuadamente, da cuenta un precioso libro publicado en 1.760 ("Nueva práctica de herrar") manifestando que "supongamos que a un hombre se le da el martirio de no calzarle o en habiéndolo hecho no descalzarle nunca un zapato apretado; naturalmente sus uñas al crecer al cabo de algún tiempo tomarían diversas vueltas y revueltas acomodándose violentamente al calzado y causando intensísimos dolores. Lo mismo sucede, pues a los animales con los cascos" añadiendo que, "si un animal no es bien herrado no puede marchar ni servir debidamente".