Pizarreros

Las rocas homogéneas de grano muy fino de color gris o negro azulado conocidas como pizarras, han tenido tradicionalmente variados usos al aprovecharse su facilidad de exfoliado, es decir la división en hojas planas y delgadas. Según Larramendi su nombre procede de pizcarria en euskera piedra que se quiebra con facilidad.

En nuestro país se viene explotando una de las numerosas variedades de pizarra, la limolita que por sus propiedades ha permitido fabricar productos que han dado respuesta a la cambiante demanda de cada época. El hecho de que no existan en España otras canteras que aprovechen pizarras de características similares añade singularidad a los yacimientos de la cuenca del río Oria.

En el último tercio del siglo pasado ya se explotaban canteras de pizarra en Villabona (Aizpurua) e Isasondo (Altuna y Cia y Echeverria) Hacia 1890, Juan Martín Sarasola Goitia del Caserío Larregui de Isasondo, situado frente a la explotación de Echeberria, inició a la edad de 19 años, una nueva explotación en terrenos de su propiedad. Cuatro décadas después llegó a exponer sus productos en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla en 1929, junto con otros 25 empresarios guipuzcoanos. En 1954 Bartolomé Mendizabal, del barrio Arriaran, en Beasain, comenzó con sus 4 hijos la explotación de unos estratos de pizarra situados en sus terrenos.

Los trabajos para extraer la pizarra han tenido dos épocas muy diferenciadas. La primera hasta 1976 en que se llevaba a cabo en el interior de minas en condiciones de gran peligrosidad y negativas situaciones medio-ambientales y a partir de esa fecha en que se realiza al aire libre, lo que ha permitido una gran mejoría a lo que también han contribuido importantes inversiones en maquinaria. Aunque Koldo Michelena en su Diccionario llama a estos trabajadores “Albergiñak” en los lugares donde desarrollan sus tareas son conocidos con el genérico de “Arrobizalek”.

Extracción manual de losas de pizarra en explotación subterránea, según L'Enciclopedie, de Diderot y D'Alembert (último tercio del siglo XVIII). En las minas de Guipuzcoa, se llevaba a cabo de una forma similar, con la diferencia de los estratos se encuentran mucho más inclinados (cercanos a la posición vertical).