Notas históricas

Aunque a lo largo de la historia la mujer ha practicado diversas modalidades de la pelota en nuestro entorno, su profesionalización tiene que esperar hasta finales del siglo XIX, en 1897 , año en que el Frontón Condal de Barcelona organizó partidos de cesta punta con señoritas pelotaris catalanas como les llamaba la prensa en la época.

Según los autores de "El Gran libro de la pelota" fue el 1 de enero de 1917 cuando se inauguró el frontón "Cedaceros" ubicado en la calle de este nombre en Madrid cuando mujeres deportistas empezaron a jugar profesionalmente a raqueta con pelotas de tenis. Las 16 jóvenes que integraban el cuadro iban ataviadas "con boina, lazos y corbatas de colores". De este frontón y el Paraíso que estaba en la Moncloa y donde actuaban en verano estas raquetistas surgieron destacadas figuras de esta modalidad. En 1918 la empresa del frontón Beti-jai de Logroño programó para las fiestas de San Mateo "hasta cinco partidos de raquetistas femeninas madrileñas buscando aportar nuevos espectáculos para canalizar el ocio de los logroñeses".

José María Urrutia y Javier Sagastizabal en su reciente e importante libro-catálogo "Las raquetistas" destacan la importancia que tuvo Ildefonso Anabitarte Anza por sus numerosas iniciativas y la decisiva innovación que supuso la sustitución de las iniciales pelotas de tenis por la de cuero en la modalidad de juego con raqueta en frontón por las mujeres.

La nueva bola con un peso reglamentario entre 50 y 60 gramos obligó a alargar el terreno de juego y modificar las raquetas que pasaron a ser más robustas que las utilizadas en el tenis, algo más largas y de aro más estrecho.

Grupo de raquetistasGrupo de raquetistas vascas en el frontón Metropolitano de México D.F.

Todo hace pensar que la innovación de Anabitarte Anza contribuyó a la difusión del juego con raquetistas pues en 1.919 se puso en marcha el frontón Moderno de Madrid, y poco después en 1921 se inauguró el de Mariano en Cuba lo que supuso la primera experiencia americana de las señoritas-pelotaris como allí se las llamaba. Según los ya citados Urrutia y Sagastizabal, en los partidos los pelotaris vestían de blanco o de azul, mientras que en las quinielas lo hacían todas de la misma forma, luciendo turbante y lazo azul y llevando las piernas enfundadas hasta la pantorrilla con mallas de seda blanca y las sandalias sujetas con doble vuelta de cinta hasta el tobillo. Este mismo año funcionaba en Bilbao el frontón Euskal-jai sito en la calle Amistad y otro en Pamplona y Santander. En 1.922 se puso en marcha el Habana-Madrid, en la capital cubana, con 17 raquetistas que provenían del Moderno de Madrid.

Los frontones donde jugaban las raquetistas tuvieron una gran expansión (México, Miami, Shangai, varios de Madrid y Barcelona, así como en Sevilla, San Sebastián, Vigo, Sabadell, Valencia, Zaragoza, Salamanca, Valladolid, entre otros muchos). Es obligado destacar en 1928 el "Sol y Sombra" de Barcelona y sobre todo, en 1.929, el Madrid, fruto de la reforma del frontón Moderno y que "se consideró como la catedral de la raqueta".

Al término de la guerra civil, los nuevos gobernantes consideraron que la profesión de raquetistas era impropia de las mujeres decidiendo cerrar los frontones que ofrecían esta modalidad. La reacción de los afectados hizo que se suavizara la medida sustituyéndola por impedir la apertura de más frontones y la prohibición de la concesión de las necesarias nuevas licencias federativas. Las raquetistas que continuaron en activo también tuvieron que adaptar su vestimenta profesional, alargando las faldas y haciendo que las blusas tuvieran mangas.

Pero al propio tiempo se prohibieron las apuestas, con la excepción de los frontones, lo que supuso un gran desarrollo de su actividad y benefició a los que los explotaban pues como es sabido percibían, y lo siguen haciendo, un porcentaje sustancial de las traviesas.

La nueva situación, que no se corrigió hasta 1957, al eliminarse las restricciones causó un daño irreparable a la práctica de esta modalidad que los mandatarios políticos hacían llamar frontenis con pelota de cuero aunque no puede olvidarse la mejora de oportunidades de estudio y empleo de las mujeres. A finales de la década de los años sesenta del siglo XX, la raqueta, combinándose con otras especialidades, únicamente se mantenía en frontones de Madrid y Barcelona. El último partido se celebró en la capital el 17 de julio de 1980.

Cuadro de raquetistas del frontón de La habanaCuadro de raquetistas del frontón de La habana hacia 1920.

 

R. Rozas Urrutia y Luis Bombin Fernandez. El gran Libro de la pelota (2 libros) Madrid, 1976.