La situación actual

El transporte marítimo, una de las primeras actividades globaliza-das a nivel mundial, está adquiriendo una creciente importancia en la economía actual, debido principalmente a su menor coste comparativo, mayor seguridad y a que permite aliviar las vías de tráfico terrestre.

Es muy importante la creciente especialización del transporte marítimo (portacontenedores, petroleros, gaseros, reefers, ro-ros, ferries y cruceros, entre otros), lo que obliga, por un lado, a la construcción de buques específicos para cada actividad y, por otro, a la adaptación de los puertos. Estas circunstancias están afectando, lógicamente, a los maquinistas navales.

A partir de 1977 los estudios de transporte marítimo tienen la calificación de Enseñanza Técnica Superior, reivindicando los maquinistas navales la titulación de Ingeniero. Este mismo año se produjo la incorporación de las mujeres, en lo que fue pionera la Escuela de Bilbao, que en 1994 se integró en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.

Las importantes repercusiones internacionales del transporte marítimo han llevado a la firma de convenios supranacionales para regular la formación de los profesionales especializados en esta actividad, debiendo señalarse los acordados en el seno de la hoy llamada Organización Marítima Internacional (OMI) y más recientemente en la Unión Europea (UE).

En el caso de los maquinistas navales el objetivo sigue siendo la formación científica, técnica y de aplicación práctica, necesaria para la puesta en servicio y mantenimiento de los sistemas de propulsión del buque y de todas las instalaciones del mismo.

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Para conseguirlo se mantienen las prácticas tradicionales en cualquiera de las tres grados de maquinistas navales y en mayor medida en el caso de los Jefes de Máquinas. Además sobre todo la internacionali-zación de las tripulaciones, a lo que contribuye la navegación bajo banderas de conveniencia, ha hecho imprescindible el dominio del inglés.

Hay que añadir la creciente importancia de la informática en el manejo y mantenimiento de las máquinas y en las relaciones con tierra, lo que obliga a su conocimiento y constante actualización.

Todo ello hace que los maquinistas navales se sigan caracterizando por su gran eficacia comparativa para resolver los problemas que pueden plantearse, circunstancia que les permite desempeñar con acierto diversas actividades en tierra, entre otras, la gestión directiva, mantenimiento y producción en variados sectores industriales. Además su presencia es importante en los puertos, en inspección de navieras y entidades de clasificación. En la relación adjunta se concretan algunas de estas ocupaciones.

Las condiciones de trabajo de los maquinistas navales, al igual que las del resto de la tripulación, han mejorado sustancialmente en las últimas décadas, si bien hay que señalar que la mejora de los sistemas de carga y descarga de los buques reducen el tiempo de estancia en los puertos, que además se encuentran cada vez más alejados de los centros urbanos. Sin embargo, la vida a abordo sigue manteniendo una buena parte de sus inconvenientes tradicionales, como el alejamiento de la familia y la necesidad de convivir en reducidos espacios y durante largos periodos de tiempo con profesionales, en ocasiones, de distintos hábitos y culturas. Además es notoria la reducción de las diferencias salariales entre la marina mercante y las actividades industriales, habiendo aumentado las posibilidades de encontrar empleo en tierra.

Quizás hoy más que en el pasado, para navegar como maquinista naval se requiere, además de una buena preparación, una cierta satisfacción en el desempeño de esta actividad, capacidad de sufrimiento y de relación con otros profesionales en las condiciones que se dan en un buque. Igualmente es importante saberse controlar en situaciones de emergencia.

En cualquier caso parece clara la escasa atracción que la actividad de los maquinistas navales tiene en la actualidad para los jóvenes que deben de optar entre distintos estudios, circunstancia que se da a nivel mundial. Posiblemente la solución únicamente pueda llevar por la mejora de las condiciones sociales y económicas que son habituales en esta actividad.

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