La bicicleta no es evidentemente la única solución a las necesidades de desplazamiento, pero en combinación con el transporte público permite realizar trayectos de media y larga distancia de puerta a puerta, salvar desniveles y grandes infraestructuras viarias, teniendo así la posibilidad de acudir al trabajo, lugar de estudio, hacer compras y gestiones, o viajar, partiendo desde puntos lejanos, sin tener que utilizar el coche o la moto.
Además, esta intermodalidad otorga más libertad y flexibilidad al ciclista, al permitirle acceder a la parada o estación más rápidamente que andando, y le ofrece la posibilidad de llegar a un mayor número de estaciones que haciéndolo a pie.
De esta forma se logra aliar la bicicleta, el vehículo más eficaz para los desplazamientos puerta a puerta de menos de 5 km, con los transportes públicos, los más rápidos para las largas distancias.
Esta intermodalidad estimula el uso del transporte colectivo y su competitividad respecto al coche y la moto, puesto que la bicicleta le posibilita captar nuevos clientes interesados en dicha complementariedad, y se multiplica el radio de clientela potencial de una estación o parada, en comparación con el acceso a pie.
Para animarte a que combines la bicicleta con los transportes públicos, a continuación encontrarás distinta información práctica y de interés: