Atrás Sharenting, o cuando los padres publican fotos de sus hijos/as en redes sociales

Hemos recogido la opinión que tienen cuatro expertos sobre este tema

20/11/2019


Cuatro personas expertas nos hablan acerca de este fenómeno, y todas coinciden en la siguiente conclusión: los padres y las madres no podrán advertir a sus hijos e hijas sobre lo que deben publicar o no en Internet, si anteriormente han cometido el error de publicar en redes sociales fotos de los y las menores, sin su permiso.

 

La Dirección de Juventud de la Diputación Foral de Gipuzkoa ha puesto en marcha, por segundo año consecutivo, la campaña #Likezibereskubideei, con el objetivo de sensibilizar a niños, niñas, adolescentes y jóvenes del territorio sobre los derechos y los deberes que tienen en la Red. Si bien el pasado año la campaña se centró en esos derechos y esas obligaciones, para este segundo año, se ha decidido poner en foco en el fenómeno del sharenting, que hace referencia al hecho de que padres y madres publican en las redes sociales fotos, vídeos o cualquier otro tipo de información sobre sus hijos e hijas. La campaña pretende sensibilizar sobre los potenciales riesgos que esta forma de actuar conlleva, sobre todo, para el futuro de los menores.

 

Para ello, hemos querido consultar a varias personas expertas en este tema, que, desde diferentes ámbitos de actuación, nos han mostrado su opinión acerca de este controvertido fenómeno.

 

CHARO SÁDABA / Doctora en Comunicación (Universidad de Navarra)

 

Conjuga su actividad docente e investigadora con una intensa labor de divulgación en el ámbito de la infancia y la adolescencia en el entorno digital, y nos plantea la siguiente reflexión como punto de partida:

 

“Como padres y madres, ¿podemos compartir este tipo de contenidos con nuestras familias, con nuestras amistades o con personas que conocemos?

 

Claro que sí, puede entrar dentro de lo razonable que por el hecho de estar orgullosos/as de nuestros hijos e hijas, queramos compartirlo con otras personas. ¿Hay algo que deba de preocuparnos al hacerlo? Por supuesto, hay muchas cosas que debemos tener en cuenta. Pero lo principal es que padres y madres tomen conciencia de que son ellos y ellas quienes tienen los derechos de sus hijos bajo tutela, mientras éstos sean menores de edad y, por lo tanto, tienen que ser muy respetuosos/as en este aspecto”.

 

LETICIA GARCÉS / Pedagoga

 

De la misma opinión se muestra la pedagoga Leticia Garcés, responsable de los proyectos “Padres Formados” o “Educar sin miedo”, entre otros. Según ella, “cuando se saca una fotografía de un hijo o una hija sin su consentimiento, y es para uso personal, no hay ningún problema.

 

Pero si no se le pide permiso y, además, esa imagen se comparte en Internet, ahí no se está tomando en cuenta su intimidad y esas fotos quedarán expuestas en la Red, con todo lo que ello pueda suponerles en un futuro, más aún si esas imágenes pueden resultar comprometidas”.

 

Y es que numerosos informes ponen en entredicho las malas prácticas que los y las progenitores/as realizan y de los riesgos de  publicar fotos de los y las menores en Internet.

 

Así, según un estudio elaborado por las universidades de Michigan y San Francisco (“Not at the dinner table: parents and children’s perspectives on family technology rules”) el 56% de los padres y las madres comparte información potencialmente vergonzosa de sus hijos e hijas, el 51% proporciona datos con los que se le puede localizar y un 27% cuelga fotos directamente inapropiadas.

 

Estas malas prácticas conllevan, además de la ya mencionada falta de privacidad e intimidad, otro tipo de riesgos derivados de un mal uso de las nuevas tecnologías, como pueden ser el ciberbullying –acoso psicológico-, el grooming –cuando un adulto, con el ánimo de realizar un abuso sexual, trata de seducir a un menor- o la suplantación de identidad –para fines publicitarios o de índole sexual-.

 

Las redes sociales, según Leticia Garcés, “son maravillosas; nos permiten compartir, conocer e interactuar con personas, pero como cualquier otro recurso tecnológico, hay que saber utilizarlas de forma correcta.

 

El sharenting forma parte de una práctica inconsciente extendida entre las personas adultas que, por lo general, ya comparten constantemente imágenes suyas en redes sociales, donde proyectan todo lo feliz que quieren que otros vean que son. Es en ese contexto donde los padres y las madres, de algún modo, consideran que son suyas las fotografías que hacen de sus hijos e hijas.

 

Hay que pararse a analizar porqué existe esa necesidad de compartir todo con todo el mundo, y más aún cuando al hacerlo, estamos involucrando de forma directa a menores”. Por ahí es por donde la pedagoga cree que debemos empezar a concienciar a padres y madres.

 

MARIA ZABALA/ Experta en educación digital

 

En este sentido, María Zabala –Iwomanish-, periodista especializada en educación digital, tiene claro que “las redes sociales están pensadas para que contemos nuestra historia, no la de otras personas.

 

Puede ser algo natural que por el hecho de ser padres o madres, queramos compartir cómo es nuestra experiencia. Pero eso no implica que debamos utilizar las imágenes de nuestros hijos e hijas como apoyo. Existen otras formas”.

 

MARIA JESÚS COMELLAS / Doctora y profesora en psicología

 

Por su parte, la Profesora y Doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, María Jesús Comellas, se muestra crítica aludiendo que “no se puede exigir a las criaturas y adolecentes unas actuaciones razonables cuando durante años las personas adultas han hecho lo que posteriormente prohíben, considerando falsamente, que habían controlado tales repercusiones y en cambio los y las menores no podrán hacerlo. Está claro que la incoherencia es total.

 

¿Por qué desde el mundo adulto se habla sobre todo de las prácticas de adolescentes y jóvenes que ponen fotos más o menos intimas o llamativas, en las redes, cuando, en definitiva, están haciendo lo que desde las primeras etapas de la vida han hecho sus adultos?

 

A lo que la psicóloga añade: “Difícilmente se podrá mantener la necesaria credibilidad de la familia si es la primera institución que prescinde de las informaciones que se dan desde colectivos profesionales que explican los riesgos de: saltarse las normas, consumo de ciertos productos, actuaciones de riesgo o prácticas inapropiadas”.

 

Charo Sádaba aconseja que “hay que animar a padres y madres a que piensen, no solo en la satisfacción que puede generar el hecho de publicar algo en redes sociales, sino más bien, mirando a largo plazo, sobre si ese contenido publicado pueda resultar una situación embarazosa o perjudicial para sus hijos e hijas”. Por eso, anima a los y las progenitores/as a adoptar la regla de “pensar, antes de publicar”. A lo que la profesora argumenta: “Pensar, qué va ser publicado, en qué contexto aparece nuestro hijo o nuestra hija, cómo va a ser entendido, quién va a ser la persona receptora.

 

Sigue la campaña en redes sociales con el hashtag #likezibereskubideak2019

 

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