Entendemos como buenas prácticas aquellas experiencias exitosas que competen al ámbito de políticas de infancia y juventud. Se fundamentan en los valores de Gaztematika y pueden ser útiles para el resto.
En nuestro ámbito interno, conocer una experiencia de éxito, aún con sus puntos débiles (en el caso de que los tuviera), puede ayudar a una evolución positiva de nuestro trabajo. En el ámbito externo, se pretende aumentar la visibilidad del trabajo que se realiza.
A la hora de identificar las buenas prácticas, la perspectiva debe ser lo más global posible y tener en cuenta diferentes aspectos como el político, técnico, experiencias sobre la participación, la organización o la gestión, entre otras.
Criterios para identificar y valorar las buenas prácticas:
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