Para el desarrollo de las actividades de ocio, las entidades, centros y organizaciones deberán designar una persona delegada de protección, y los niños, niñas y adolescentes podrán dirigirse a él/ella para expresar su malestar e inquietud o transmitirle la situación de violencia que han sufrido, visto o conocido.
A la persona delegada de protección se le asignarán, al menos, las siguientes funciones:
Además, la organización debe asegurarse de que la persona delegada de protección dispone de tiempo, espacios y capacidad para dinamizar el diseño de entornos seguros en la organización y actuar en casos de violencia.
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