Eficiencia, sostenibilidad y salud, son 3 premisas estrechamente relacionadas que deberíamos considerar a la hora de rehabilitar nuestra vivienda, local comercial, oficina o cualquier otro espacio en el que desarrollamos nuestra vida diaria y nuestra actividad profesional.

Si pensamos en estos espacios, hay 5 aspectos clave que influyen en su grado de eficiencia y, con ello, en los costes económicos que supone mantener niveles de confort adecuados:

• El aislamiento.
• La carpintería exterior (ventanas).
• La estanqueidad (especialmente en cubiertas).
• La ventilación.
• La ausencia de puentes térmicos.

En el mercado existe una amplia gama de materiales y múltiples soluciones constructivas para acometer una reforma y mejorar la eficiencia de nuestra vivienda, pero, no todos cumplirán las premisas de sostenibilidad y salud.

En el caso de las ventanas, por ejemplo, las más extendidas son de PVC y aluminio, pero ambas tienen implicaciones ambientales negativas: el PVC por sus contaminantes tóxicos relacionados con el cloro y en el caso del aluminio por su extracción en las minas de bauxita. La alternativa natural está en las ventanas de madera, con certificación de origen de procedencia (FSC por ejemplo).

En cuanto a los vidrios, se están extendiendo las ventanas con triple acristalamiento, aunque habitualmente suelen ser dobles (de diferente espesor 4, 5, 6, 8 o más milímetros) con una cámara de aire (o gas) intermedia y que proporciona un excelente aislamiento térmico y acústico. En los últimos años los vidrios han incorporado un tratamiento que se conoce como “control solar” y que básicamente permite penetrar la luz natural en las estancias pero refleja la radiación solar (energía calorífica) y con ello reduce el calentamiento de la vivienda. Es una opción interesante pero en nuestra latitud puede limitar las ganancias solares y se considera adecuado siempre y cuando dispongamos de gran superficie acristalada expuesta al Sur.

Si hablamos de aislamientos, la oferta es aún mayor que en el caso de las carpinterías, hay un sinfín de alternativas pero las opciones naturales son las más recomendables desde un punto de vista de sostenibilidad y salud ya que suelen ser muy estables, resistentes, no son tóxicos ni irritantes y suelen ser reciclables. El corcho, la fibra de madera y la de celulosa, las plumas de ave, las balas de paja, el algodón, el cáñamo o el coco son algunos de los materiales aislantes naturales cuyo uso se está extendiendo en el sector de la construcción y que cuentan, en la mayoría de los casos, con certificados y con el marcado CE de calidad.

Todas esas mejoras en la envolvente de la vivienda hacen que sea más eficiente y, en consecuencia, que necesites un menor aporte de calor para mantener el confort térmico interior. Por este motivo es importante que a la hora de renovar también los sistemas activos de calefacción (caldera, bomba de calor, estufa, etc.) y sus equipos emisores (radiadores, fan-coils, suelo o muro radiante, acumuladores, etc.) selecciones aquellos de menor potencia (adecuada a tu nueva demanda) y con menor número de elementos (P.ej: menos módulos en los radiadores de aluminio).

Debes saber además que por la nueva normativa Europea de 2015, tu nueva caldera será probablemente de condensación, pudiendo ahorrar aún más en combustible por su alto grado de eficiencia.

Y cómo en toda reforma nunca falta una mano de pintura, debes saber que su elección es también muy importante desde el punto de vista de la salud. En la medida de lo posible evita aquellas que contengan “plásticos” en su composición, muchos disolventes sintéticos están catalogados como cancerígenos. Las pinturas y barnices de base vegetal (lino, cera, etc.) y mineral (cal o silicato) son 100% naturales, biodegradables, no tóxicas y de larga duración.

Si quieres saber mucho más sobre la importancia y el efecto de los materiales de construcción en nuestra salud puedes consultar el estudio publicado por DKV y ECODES.

https://issuu.com/segurosdkv/docs/observatorio-5-hogares-saludables-e