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UROLA ERDIA: Etxe Argiak

Enmarcado en el Plan Energético de Urola Erdia, este programa de asesoramiento energético personalizado se dirige a la población de Urola Erdia con el objetivo de mejorar la eficiencia energética de los hogares y evitar situaciones de vulnerabilidad.

UROLA ERDIA: Etxe Argiak

Tras una primera aproximación al problema de la pobreza energética a través del Plan de Energía aprobado en 2015, la comarca de Urola Erdia puso en marcha en 2017 el programa Etxe Argiak. Promovido por Iraurgi Berritzen, la agencia de desarrollo e innovación de la comarca, en colaboración con los servicios sociales de base de los municipios que la integran, la versión inicial de este programa se dirigió a 12 hogares en situación de vulnerabilidad social. El programa consistía en una visita al domicilio en la que, fundamentalmente, a partir del análisis de las facturas de la luz y el gas, de los hábitos de consumo energético y de la situación de la vivienda y sus equipamientos se realizaba un primer diagnóstico, que incluía el asesoramiento personalizado acerca de las medidas que, en cada caso, pudieran mejorar la eficiencia energética de estos hogares.

 

Los buenos resultados de esta experiencia en relación a su acogida animaron a sus promotores a ampliar el programa. Durante el año 2018 este programa se dirigió a otras 12 familias en situación de vulnerabilidad.

 

En esta edición de 2018, los datos recabados del análisis de las facturas de energía permitieron conocer que realizaban un consumo inferior a la media el 40% de estos hogares, que el 32% lo superaban y que en torno a un 12% tenían una potencia contratada mayor de la necesaria. Así mismo, como resultado de las visitas realizadas–que fueron bien acogidas por todas las familias–se vio en todos los casos la necesidad de ofrecer consejos de mejora de los hábitos en el hogar relacionados, entre otras cosas, con el uso de la calefacción, de electrodomésticos grandes como el frigorífico o la lavadora o de las prácticas de ventilación de la vivienda.

 

En lo tocante al estado de los electrodomésticos, se observó que en líneas generales su situación no era mala. En determinados casos, se aconsejó reducir el uso de algunos por su elevado consumo (como, por ejemplo, los arcones congeladores), mientras que en otros se observó que su carencia (como, por ejemplo, la de extractores de humo en la cocina), conllevaba hábitos (dejar las ventanas abiertas mucho tiempo) poco eficientes desde el punto de vista energético. También se detectó que estos hogares contaban mayoritariamente con bombillas incandescentes (las menos eficientes) aconsejándoles, en la medida en fueran quemándose, su sustitución por bombillas de bajo consumo o de tecnología led.

 

Se observó también, por último, la necesidad de hacer reformas menores en parte de estos hogares. En aproximadamente un 50% de las viviendas se constató la necesidad de cambiar las ventanas. En otros casos, menos habituales, se constató la necesidad de renovar el sistema de calefacción, la instalación eléctrica o de eliminar las humedades en la vivienda.

 

Además, también se realizó un seguimiento similar a otras 25 familias que, sin estar en una situación de pobreza, decidieron participar en el mismo voluntariamente. Ambas líneas de actuación se completaron con un programa de formación en energía dirigido a profesionales de los servicios sociales de base.