Kiriku es el nombre que los guardas forestales han puesto al único quebrantahuesos que se ha establecido en Gipuzkoa, después de muchos años en los que la especie sólo podía ser observada esporádicamente y no se encontraba afincada. Los guardas forestales de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en colaboración con los navarros, han logrado ponerle un emisor de GPS y estudian, ahora sus movimientos y hábitos. El quebrantahuesos es una especie considerada en toda Europa como -en riesgo de extinción-.
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