Atrás CHINCHES FITÓFAGOS
Los daños que pueden causar este tipo de hemípteros son de escasa importancia.
Palomena prasina es uno de los chinches fitófagos más asíduos de nuestros manzanos. Es de color verde, con puntos negros que después se vuelven pardos. La parte ventral y las patas son rosas y las antenas de color verde rosado. La hembra tiene un tamaño que oscila entre 12 y 14 mm., aunque el macho es algo menor, de forma redondeada y con un escudete en su parte posterior.
La ninfa, primero es verde pálido pero luego se vuelve de color parduzco; las patas y el abdomen son de color rosa.
Inverna en forma de adulto, de manera aislada, y reinicia su actividad en primavera. Realiza la puesta a mediados de mayo en el envés de las hojas, a razón de entre 14 y 28 huevos. Al cabo de 20 días, aproximadamente, surge la larva que pasa por cinco estados ninfales hasta llegar al estado adulto unas semanas más tarde. Durante el tiempo en que transcurren estos cinco estados ninfales, P. prasina permanece en plantas gramíneas cercanas a los manzanos, para pasar a los árboles cuando alcanza el estado adulto. Junto a las patas posteriores emite unas secreciones de olor repelente. Tiene entre dos y tres generaciones al año.
Dentro de la familia de los Míridos se han observado, también, algunos otros chinches fitófagos como Lygus pabulinus y Calocoris sp.; son, mayoritariamente, de color verde, de unos 6 mm. de longitud, más largos y estilizados que P. prasina.
Tanto las larvas como los adultos de todos ellos pican los frutos jóvenes, causando depresiones con callosidades en su piel y depreciando así su valor de mercado. En las hojas producen también deformaciones y manchas necróticas.
Se ha constatado actividad depredadora por parte de Míridos y de algunas hormigas; todos ellos atacan a P. prasina en estado de huevo.