Sintomas y biología

Los primeros ataques del hongo se producen en primavera. En las hojas aparecen unas manchas como aceitosas que más tarde ennegrecen. Es frecuente que a causa de esta enfermedad las hojas se deformen.

El efecto en las flores es provocar su caída mientras que en el fruto, donde la acción de la enfermedad es más importante, produce manchas a modo de costras, grietas, deformaciones e incluso su caída prematura por lo que las pérdidas del valor comercial son notables.

El hongo del moteado inverna sobre las hojas caídas en forma de micelio y al principio de la primavera se forman unas pequeñas fructificaciones microscópicas llamadas «peritecas», en cuyo interior se encuentran las semillas sexuales del hongo o «ascosporas». Éstas, una vez que han madurado, son expulsadas de las peritecas y arrastradas por la acción del viento y la lluvia hasta las hojitas y flores del manzano. Penetran e inician de esta forma la contaminación o ataque primario. Al cabo de 1 o 2 semanas, dependiendo de la temperatura, el hongo desarrolla unas fructificaciones asexuales llamadas «conidias», que contribuyen a dispersar la enfermedad y a producir lo que se conoce como ataque secundario. Cada mancha puede producir conidias durante 4-6 semanas. La evolución y dispersión de las esporas o gérmenes de la enfermedad se ve favorecida por una temperatura suave, un régimen de lluvias abundante y elevada humedad ambiental, características que se presentan con frecuencia en nuestro clima.

Control

Cultural: -Plantar variedades resistentes o tolerantes al moteado, así como evitar las plantaciones en zonas sombrías o excesivamente húmedas. En manzano de mesa se consideran sensibles las del grupo Gala y Delicious rojas y sus mutantes; medianamente sensibles las del grupo de las Golden; y poco sensibles Granny Smith y Reinetas. Respecto a manzano de sidra se ha comenzado a evaluar su sensibilidad al moteado y, por tanto, los datos son provisionales; la variedad Mozolua se considera sensible, mientras que Manttoni y Urtebi haundi se evaluan como bastante resistentes (Etxeandia, A. 2002).

- Mejorar la ventilación del árbol y la penetración de luz mediante realización de una poda correcta; así se acorta el tiempo de secado de las hojas y frutos, además de facilitar la penetración de productos fitosanitarios.

- Mantener la hierba corta y retirar las hojas caidas al suelo al final del otoño.

Químico: El control efectivo del moteado, hoy día, se realiza mediante la lucha química con el fin de controlar la infección primaria y las sucesivas infecciones secundarias. El inóculo primario proviene de las ascosporas que surgen del interior de las peritecas formadas durante el invierno en las hojas caídas al suelo; por tanto para disminuir la gravedad de la infección primaria hay que: a) reducir al máximo la cantidad de peritecas que se forman en las hojas del suelo; ello se puede conseguir bien recogiéndolas del suelo o bien acelerando el proceso de descomposición de la hojarasca mediante tratamientos con urea 5% cuando hayan caído, aproximadamente, el 85% de las hojas.

b) evitar que las ascosporas primaverales infectivas (= inóculo primario) lleguen a infectar los órganos receptivos del manzano - hojas, flores y frutos- ya que son susceptibles de ser colonizados por el hongo en condiciones de humedad continua durante varias horas. Las ascosporas no son expulsadas de golpe sino que sufren un proceso progresivo de maduración y expulsión de las peritecas, proceso que dura entre 6-8 semanas. En nuestras condiciones, el período de vuelo de ascosporas ocurre, normalmente, desde principios de abril a finales de mayo, presentándose variaciones según climatología de cada año concreto. El buen control de la infección primaria es fundamental para dismimuir al máximo las infecciones secundarias posteriores. La protección del árbol hay que realizarla desde que aparecen órganos receptivos a la enfermedad; para ello, a falta de una Estación de Avisos que realice un seguimiento detallado de la enfermedad, lo más práctico es realizar tratamientos basados en la fenología del cultivo: - desde el estado C-C3 hasta la floración se protege con tratamientos mediante fungicidas de contacto.

- desde la floración hasta el cuajado de frutos la protección se realiza con fungicidas sistémicos y/o con fungicidas penetrantes.

- durante el resto del ciclo se van produciendo sucesivas infecciones secundarias cuando se dan las condiciones de humedad necesarias; dichas condiciones se pueden conocer mediante el uso de las tablas Mills (actualizadas), que recogen el número de horas necesarias para que se realice una infección secundaria según diferentes temperaturas y condiciones de humedad. Tablas de Mills (resumidas) Tiempos (horas) mínimos de humedad continua requeridos para la infección

25ºC 24ºC-17ºC 16ºC 15ºC 14ºC 13ºC 12ºC 11ºC 10ºC 9ºC 8ºC 7ºC 6ºC

8h. 6h. 6h. 7h. 7h. 7,5h. 8h. 9h. 11h. 12h. 13h. 15h. 18h.

Los tratamientos se deben realizar después de que se hayan dado condiciones infectivas, teniendo en cuenta los períodos de protección de los fungicidas utilizados previamente. Se recomienda, sobre todo, el uso de fungicidas contacto dentro de las 24 h. de que se hayan dado las condicciones infectivas, o de fungicidas curativos dentro de las 48 h. del comienzo de la infección. - Al final del cultivo, previo a la recolección y dependiendo de la gravedad de la infección en la parcela, se puede optar por realizar un tratamiento con un fungicida sistémico para disminuir en la plantación el futuro inóculo invernante.