Bajo el concepto de "varios" se han agrupado una serie de fichas no incluidas en el resto de los apartados. Se incluyen daños animales como los producidos por roedores y caracoles y babosas; problemas por vegetales como parasitismo por muérdago y presencia de líquenes en corteza; daños no parasitarios como golpe de sol, formación de agallas aéreas o "burr-knot", fitotoxicidad, etc.
Junto con la helada quizá sea el granizo el accidente meteorológico más importante que puede padecer el manzano...
Es un desorden de tipo genético y fisiológico por el cual, en las partes aéreas de un manzano, se desarrolla tejido radicular. La tendencia de algunos portainjertos para desarrollar el burrknot es de tipo hereditario, siendo más frecuente su aparición sobre algunos patrones como M-7, M-9, MM-106 ó MM-111. Algunas variedades de manzano autóctonas poseen la capacidad de emisión de raíces secundarias en la madera en condiciones de alta humedad ambiental.
Los rayos del sol, al incidir directamente sobre los frutos del manzano, causan unas lesiones peculiares que, aunque en menor medida, pueden darse también en las partes herbáceas del árbol. El golpe de sol no está provocado tanto por una temperatura demasiado elevada como por un incremento brusco de la temperatura que hace que los sistemas fisiológicos del árbol no se puedan adaptar rápidamente a las nuevas condiciones. Esta situación se ve agravada si el árbol tiene escasez de agua.
Bajo la denominación de roedores agrupamos a una serie de mamíferos que pueden causar daños diversos en las plantaciones frutales merced a la acción de sus poderosos incisivos que roen y cortan raíces, corteza, etc., causando cierto debilitamiento del árbol y, en algunos casos, su muerte, sobre todo cuando se trata de ejemplares jóvenes.