La historia del automóvil comenzó con la segunda revolución industrial y la consiguiente transformación del mundo moderno alcanzada mediante el desarrollo de la tecnología, de la producción y de las comunicaciones gracias a su vez al uso del gas, la electricidad y el petróleo. Surgido en Europa entre 1870 y 1880 como invento de importancia capital, el automóvil se ha impuesto paulatinamente como el principal medio de transporte.
En este contexto de innovación tecnológica surgieron tempranamente también los automóvil-club, entidades organizadoras de las primeras pruebas automovilísticas por carretera en Europa, concebidas como verdaderos circuitos turísticos.
La primera prueba de este tipo en contar con un carácter internacional tuvo lugar en septiembre de 1912. Numerosas ciudades europeas fueron el punto de salida y San Sebastián fue el punto de llegada. Estos llamados rallyes automovilísticos atrajeron el interés de numerosas personalidades de la aristocracia más dedicada a la vida social.
En paralelo a esos rallyes, se organizaron también carreras automovilísticas con carácter más técnico y competitivo de las que son ejemplo los circuitos automovilísticos de San Sebastián y Pau.
El Circuito Automovilista de San Sebastián se creó en 1923 como carrera disputada en un recorrido de casi 18 kilómetros en Lasarte, entonces periferia rural de San Sebastián. Organizada por el Real Automóvil Club de Guipúzcoa, el certamen contaría en años sucesivos con 10 ediciones más.
Por su parte, el Grand Prix de Pau, cuyo recorrido desde 1933 hasta hoy ha transcurrido por el centro de la ciudad, tuvo un primer trazado urbano alrededor del Palacio de Invierno y del Parque Beaumont y ha tenido en el Automobile-Club Basco-Béarnais su organizador.
Tras la II Guerra Mundial (1939-1945), la llegada al continente de los nuevos modelos jeep estadounidenses causó furor en Europa. Por ello surgieron nuevas modalidades de carreras y al mismo tiempo el acceso a las pruebas automovilísticas se democratizó. De este modo, los participantes ya provenían de todos los colectivos: aficionados, aventureros y profesionales.
En este contexto, en 1951 tuvo lugar la primera edición del Rally de las Cimas en Sola, Pirineos Atlánticos.
Y así mismo, a finales de la década de 1950 se organizaron los primeros rallyes vasco-navarros. Estos últimos, organizados por el Real Automóvil Club de Guipúzcoa por carreteras navarras y guipuzcoanas, llegaron a extender su recorrido también por el País Vasco Francés convirtiendo así ediciones como la de 1968 en un evento internacional.
1968. Itinerario del IX Rally Internacional Vasco-Navarro. (AGN. DFN, Caj.39802/1).