Ogi-apurra

Eduki publikatzailea

Atzealdea Kontziliazioa: Belaunaldi honen erronka

Kontziliazioa: Belaunaldi honen erronka

“Berdintasuna eta Kontziliazioa” kongresuarekin Foru Aldundia lanean darrai Gipuzkoa ezberdintasunik gabeko lurraldea izan dadin

2016/10/22
En este 2016, la Diputación Foral de Gipuzkoa ha puesto en marcha el proceso participativo “Etorkizuna Eraikiz” con el objetivo, precisamente, de enfocar toda nuestra capacidad de transformación hacia los retos a los que debemos enfrentarnos más pronto que tarde. Hemos identificado los grandes objetivos no ya de esta legislatura, sino de esta generación. Y los días 27 y 28 de octubre vamos a dar un paso más. 
Cada momento de la Historia, las sociedades se enfrentan a todo tipo de retos de adaptación a las nuevas condiciones, sociales, económicas, laborales, medioambientales, etc. Cada generación enfrenta sus propios desafíos, y los resuelve, con mayor o menor acierto, para hacer posible una mejora en la calidad de vida general de las y los ciudadanos. En la mayoría de los casos, esta adaptación requiere ajustes sobre las prácticas que previamente existían, y como es sabido, cambiar no suele resultar sencillo. 
Doy por hecho, por lo tanto, que no será sencillo conseguir que Gipuzkoa sea el modelo de referencia que queremos construir en materia de conciliación de las vidas profesional, familiar y personal. Éste es, sin lugar a dudas, uno de los desafíos más importantes a los que nuestra generación tiene que dar salida si queremos allanar el camino del futuro para la próxima generación. Es una cuestión necesaria y urgente. 
Necesaria. Hoy en día, la aportación de las mujeres al motor de la economía productiva sigue siendo insuficiente, muy a pesar, además, de las propias mujeres. Y en una situación de transformación económica como la que estamos viviendo, ningún territorio con la mínima ambición para construir su propio futuro puede renunciar al uso pleno de toda su capacidad, de todo su talento. 
Hoy por hoy, todavía no somos capaces de ofrecer las condiciones necesarias que aseguren a hombres y a mujeres su participación en condiciones de verdadera igualdad en el entorno profesional. Si me permiten el uso de la metáfora deportiva, en las carreras profesionales, las marcas de salida de ellas están todavía a mucha distancia de las de ellos. Las premisas formativas no son igualitarias; las estadísticas son tozudas y, por ejemplo, siguen mostrando una casi inexistente participación de las mujeres en la formación profesional ligada a la industria, siendo ésta la fuerza motora de nuestra economía. No son igualitarias las condiciones de desarrollo profesional posteriores, que siempre penalizan a las mujeres por esa otra actividad “oculta” para los indicadores económicos: las responsabilidades familiares, cuidados, crianzas, etc. 
Tenemos un problema estructural y una enorme necesidad de resolverlo. La conciliación es el reto de esta generación, un desafío para hombres y para mujeres, la transformación pendiente que debe ayudarnos a modificar, sustancialmente, las condiciones del presente para ganar el futuro.
Es una cuestión, además, urgente. Como otras veces a lo largo de la Historia, estamos a las puertas de una verdadera revolución en los modelos productivos, que requieren nuevas capacidades, individuales y colectivas, para garantizar la sostenibilidad del bienestar social, al que no podemos ni debemos renunciar. Este debate se cruza con otros que comparten campo “semántico”, como son la consideración de la aportación de las mujeres a tareas no visibilizadas, casi nunca remuneradas, como es la aportación de los cuidados al mantenimiento de la sociedad. No son dudas retóricas, sino debates de la máxima urgencia cuando la construcción social actual muestra claros signos de agotamiento. 
Existen dudas razonables sobre la capacidad del modelo actual para sostener las crecientes necesidades de servicios y prestaciones que, sin una fórmula alternativa que los garantice, debemos asegurar a través de los recursos que generan los poderes públicos a partir de la contribución solidaria de todas y todos.  Una sociedad envejecida como es la nuestra, con tasas de natalidad insuficientes, no puede renunciar a la contribución eficaz y eficiente de más de la mitad de su población. Entender las razones que la impiden, y solucionarlas, es una demanda no sólo ética y democrática (que también), sino social y política. 
Durante los días 27 y 28 de octubre, vamos a celebrar en Donostia un encuentro internacional en el que analizaremos con detalle las propuestas más avanzadas en materia de conciliación. Contaremos con visiones expertas de todo el mundo, entre otras, de los países en los que las políticas y prácticas de conciliación se encuentran en un estado más avanzado: Noruega e Islandia. Y contaremos también con la aportación de empresas, instituciones y personas tanto del ámbito nacional como internacional, de quienes queremos aprender y a quienes queremos reconocer su liderazgo.  
La igualdad entre hombres y mujeres es el gran reto de nuestra generación. No cabe dejar pasar más tiempo. Es necesario, y es urgente. 
  

1809