Zahartze osasuntsu baterantz
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2018ko apirilaren 22an El Diario Vasco egunkarian argitaratutako iritzi artikulua
El envejecimiento de las sociedades es uno de los principales retos al que nos enfrentamos los países occidentales. Grandes organismos internacionales como la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros, advierten de que el envejecimiento de nuestras poblaciones tendrá consecuencias económicas y sociales de gran calado. Las principales universidades del mundo también están abordando esta cuestión para analizar las diferentes dimensiones de los efectos del fenómeno y así tratar de encontrar los mejores caminos de las futuras estrategias. Hoy todos y todas coincidimos en que el profundo cambio en la pirámide demográfica desequilibra toda la estructura social y económica de nuestros países y provoca grandes transformaciones; desde el mercado de trabajo a la sanidad, pasando por la cultura, el ocio o los flujos migratorios.
Según los datos de Eurostat que maneja la Comisión Europea, en la actualidad, el colectivo de personas europeas mayores de 65 años supone el 19,2% de la población. Y prevén que para el año 2060, será alrededor del 30%. Mientras tanto, las personas en edad laboral, descenderán cerca del 15%. En nuestro caso, según Eustat, las y los mayores de 65 años son hoy el 21,7% de la población de la Comunidad Autónoma de Euskadi, y se prevé que lleguen al 29% para el 2031. Es decir, el ritmo de envejecimiento es aún mayor que la media europea, el “viejo continente” se encuentra más envejecido que nunca en la actualidad. En el caso concreto de nuestro territorio, los y las guipuzcoanas mayores de 55 años abarcaremos, en 2031, el 46,5% de la población frente al 35% actual. Junto a ello, las personas con grado de dependencia pasarán de las 29.000 actuales a las 39.000 para dentro de 13 años. Son datos que evidencian que el envejecimiento de nuestra sociedad ya se encuentra aquí y en pocos años será aún más acentuado.
Estamos ante uno de los mayores retos de nuestro futuro; uno de los desafíos más importantes a los que nos enfrentamos. No podemos obviar que tenemos un problema de calado como sociedad. Debemos dar respuesta a las nuevas necesidades que se están generando, pero tan importante como ello resulta mirar más lejos e intentar aprovechar la oportunidad que abre esta transformación social que se está produciendo. Porque donde hay un problema también puede haber una oportunidad. El envejecimiento de la sociedad plantea para Gipuzkoa un desafío al que dar respuesta, pero también una oportunidad de futuro que no podemos dejar escapar.
Es objetivo prioritario de la Diputación Foral de Gipuzkoa responder de forma integral y con visión de largo plazo a este tema. Desde el comienzo de la legislatura estamos trabajando junto con los principales agentes del territorio guiados por una idea clara: las personas tienen que estar en el centro de cualquier estrategia, ya que la principal finalidad es mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Fruto de esa colaboración y como apuesta de futuro, hemos puesto en marcha la estrategia Adinberri.
Esta iniciativa se está desarrollando como uno de los proyectos estratégicos de Etorkizuna Eraikiz, que además de dar respuesta a las nuevas necesidades que hoy ya están surgiendo, pretende aprovechar las oportunidades económicas y de generación de riqueza que abre esta transformación social. Buscamos maximizar el potencial en la innovación de Gipuzkoa al servicio del envejecimiento saludable, la excelencia del sistema sociosanitario y la competitividad de la industria en este ámbito.
La infraestructura principal del proyecto Adinberri es un innovador centro de referencia en materia de envejecimiento y dependencia que se situará en Pasaia, y prevemos que esté terminado para 2022. Nuestra estrategia tiene la doble visión de aunar lo social y lo económico, de mejorar la calidad de vida de nuestras personas mayores a través de una apuesta decidida por la innovación en la atención sociosanitaria y en el sector biosanitario. Por ello, el proyecto se compone de seis elementos principales: un centro de atención, una unidad de innovación, una agenda estratégica de innovación, una fundación, un ecosistema de agentes colaboradores, así como una convocatoria de ayudas periódica.
AdinBerri es una estrategia abierta a todas las entidades, empresas y agentes del sector del envejecimiento, por lo que vamos a trabajar en la participación e implicación de todas ellas para lograr una articulación de todo el ecosistema, haciendo de la colaboración y la cooperación una de las principales señas de identidad del proyecto.
Estamos ante un gran desafío pero también ante una gran oportunidad como sociedad. Necesitamos afrontar esta nueva realidad y debemos dar una respuesta conjunta, una respuesta como territorio. Y eso solamente lo podemos hacer de forma colaborativa entre los diferentes agentes: administraciones públicas, universidades, empresas, tercer sector, agentes innovadores y el sector biosanitario colaboran en el proyecto Adinberri, son parte intrínseca de él. Ese debe ser el camino de futuro, un camino que debemos de recorrer entre todos y todas. Somos un territorio pequeño con recursos limitados, pero la experiencia acredita que, cuando trabajamos conjuntamente, sabemos dar respuesta a los grandes retos que se nos plantean. Estoy convencido que las y los guipuzcoanos seremos capaces de afrontar el envejecimiento de forma inteligente, y así garantizar el bienestar futuro de las personas mayores y, al fin y al cabo, de toda nuestra sociedad.
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