La figura de los árboles singulares esta recogida en el artículo 50 de la Ley de conservación del patrimonio natural de Euskadi. Se abrirá en una ventana nueva.. Son árboles que por sus características extraordinarias o destacables (tamaño, edad, historia, belleza, situación, etc.) merecen una especial protección.
Con esta protección se pretende en cierta medida reconocer el papel que han tenido y tienen los árboles en el desarrollo de nuestra civilización. Han contenido la erosión de nuestros montes, aportado leña para calentarnos y cocinar, material para construir nuestros hogares y cobijo para la fauna. Son el pulmón del planeta y contribuyen decididamente a la lucha contra el cambio climático. Sentimentalmente, nos unen con nuestros ancestros, los cuales también se cobijaron bajo ellos, y lo harán nuestros descendientes.
Muestra de ese reconocimiento son los árboles juraderos y también las múltiples disposiciones que desde las Juntas Generales de Gipuzkoa se promulgaron en defensa y fomento del árbol, aunque no siempre consiguieran su objetivo.
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